Dave Grohl canta como ve avanzar a su héroe y el mío se fue para no volver. Yo era una roca y su luz me convirtió en una estrella que diría Eddie Vedder. Y es gracioso que lo recuerde con dos canciones porque a mi héroe no lo podría asociar a ninguna canción salvo las que alguna vez cantaba rodeado de los suyos que claramente se había inventado sobre la marcha. Mi héroe no montaba a caballo, iba en un FIAT Punto con casi tantos años como remiendos caseros. Un coche donde muchos años de mi infancia ilegalmente viajé como copiloto y donde tenía que esconderme al aviso de que venía la policía. Mitad realidad y mitad juego, en ese mismo asiento me relató las mayores aventuras surgidas del imaginario de mi héroe. Todavía pienso que no son historias y que son recuerdos de su vida antes de que yo naciera. Mi héroe no usaba ni armadura ni capa pero su piel resistía las inclemencias climáticas. Ni el calor abrasador, el frío extremo ni tampoco la mayor de las lluvias impedía que mi héroe acabase cada día en el mar. Nadaba, buceaba y disfrutaba del océano como si fuera su hábitat natural. Mi héroe era más atlante que humano. Queriendo parecerme más a él, lo acompañé en alguna ocasión y acabé con un frío que todavía persiste en mis huesos. Mi héroe no tenía espada pero blandía amabilidad. Una amabilidad que derrumbaba cualquier barrera. Una amabilidad que vencía cualquier hostilidad. Quizás su mayor legado. Quizás el motivo por el que recuerdo a mi héroe. La persona que mejor asaba sardinas que he conocido en mi vida, la persona que más me alentó en la vida, la persona cuyas manos solo transmitían afecto. Capaz de saberse todos los nudos marineros que existen e incapaz de decir una mala palabra. Se fue dejando al mundo huérfano de una persona extraordinaria. Se fue enseñándome que somos mejores cuando somos amables. Se fue regalándome su vida como ejemplo a seguir. Se fue dejándome mi nombre como el primer regalo que recibí. Se fue. Pienso en mi héroe cada día. Sé que si lo olvido una parte buena de mi se perderá. Que aunque en el recuerdo mi héroe sigue salvando el día. Que todas sus hazañas no se terminaron, continúan en mi vida.
miércoles, 13 de diciembre de 2023
domingo, 10 de diciembre de 2023
Sobre nosotros
Una vez al mes me enfrento al abismo de querer escribirte. Suele ser un sábado y suele ser ya bien adentrado en la madrugada. No es nostalgia ni un corazón roto que nunca se repuso lo que hace aparecer letras en la nube de recuerdos que sigue a tu nombre. Me apetece volver a usar el nombre que te pusimos y que solo tú y yo sabíamos. Quiero saber en que punto se encuentra tu vida. Si todavía te reirías con las mismas bromas. Si eres feliz. Pienso mucho en lo mal que se me dan las despedidas, en como las odio y en como estuve dos meses enteros únicamente pensando en la nuestra. En todo lo que hice mal y en todo lo que pude haber hecho bien. Todavía me siguen doliendo tus lágrimas de la última vez que nos vimos. Como una última imagen puede derribar todos los recuerdos como una bola de demolición y fijarse en la mente como si fuera una foto de perfil. Me gustaría hablarte sobre los buenos momentos, los que vivimos en compañía y en nuestra intimidad. No con la intención de un reencuentro, sino para celebrar lo felices que fuimos. Que aunque lo bueno esté por llegar como siempre decías no debemos dejar de sonreír al recordar lo que vivimos. Te confesaría que antes de acabar el año me pongo nuestra canción como aliento a lo que está por venir. Porque en mi fiesta tu silla está muy vacía pero el resto están muy llenas. Que los que decías que se iban a quedar se quedaron y el resto la verdad es que ya no importan. Que aprendí tanto de ti que sigues siendo un libro de consulta en muchos aspectos de mi vida. Que estoy agradecido porque llegaras, porque te quedaras y porque llegado el momento nos fuéramos. Quiero escribirte como el que escribe a un viejo amigo. Decirte que por aquí todo bien. Ha sido una larga travesía pero creo que empiezo a ver la Tierra Prometida. Que muchos de mis mejores deseos están contigo. Que soy tu amigo. Y una vez al mes me recuerdo que sin decirte nada estoy contigo. Que a veces el silencio tiene más amor que mil palabras. Y que no se pierde lo que siempre está contigo.