No se cuanto tiempo llevo igual. Miro la hora, van a ser las nueve de la noche, ¿cuántas horas llevaré sin pulsar una tecla delante de esta pantalla? Necesito aire, necesito salir de este cuarto convertido en prisión. Si alguien estuviera esperando a que escribiera algo tendría problemas, pero todo ha sido rechazado hasta el momento y sobrevivo con el dinero que me deja mi madre. Paciencia infinita la suya, no entiendo como sigue manteniéndome después de tantos años. Quizás vea en mi lo que los editores o las mujeres no ven, ¡adoro a esa mujer! Me pongo unos vaqueros, me calzo y salgo a la calle sin rumbo fijo.
Deambulo por la calle sin un destino definido, no tengo demasiado dinero asique ni me molesto en pensar en un sitio al que ir a cenar y quizás los bares estén atiborrados de tipos estúpidos recién salidos de su trabajo con los que no podría compartir un trago. Continuo con la caminata intentando sacarme algo de lo que poder sacar una historia para escribir. No tengo ninguna buena idea, ¿qué me pasa? En el colegio todos mis profesores hablaban de mis grandes capacidades narrativas, yo podría ser un gran periodista o escritor por mi gran elocuencia narrativa. ¡Basura! Sus lametones en el culo de nada me sirven, no me van a dar de comer. Choco contra algo, una mujer. Le he tirado una carpeta con unos papeles durante el choque.
-Perdona...
-Tranquilo, yo también iba distraída.
-Espera que te ayudo a recojer este desastre que hemos forma...-Me fijo en ella. Es hermosa, no en la forma en la que esta sociedad idealiza a las mujeres; pero si en la forma que a mi me gustan. Tiene unos ojos verdes preciosos que transmiten calidez y una sonrisa fácil bastante alegre, rasgos faciales alargados pero nada toscos, un pelo castaño brillante y que parece bastante cuidado y un cuerpo largo con unas curvas delicadas pero femeninas. -Disculpa, ¿cómo te llamas?
-Verónica. -Me contesta absorta mientras sigue recojiendo las hojas esparcidas por el suelo mientras yo la ayudo un poco embobado por esos bonitos ojos suyos.
-Me gustaría compensarte por las molestias, ¿te apetece tomar algo?-Acababa de mostrar valor, algo sorprendente en mi. Ella al escuchar la pregunta posa sus dos esmeraldas sobre mi y antes de que pueda decir nada continuo. -A no ser que tengas algo que hacer...
-La verdad esque quería llegar a casa para guardar esto...
-Puedes ir a dejarlo y luego te invito a cenar que ya es la hora y seguro que aun no lo has hecho...
-No quiero ser molestia.
-Tranquila, no es molestia. La molestia fui yo tirando tus cosas.
-Vale gracias, por cierto, ¿cómo te llamas?
-Roberto, llámame Rober si prefieres.
La acompaño al portal de su casa, me dice que espere y sube con esa carpeta llena de papeles que nos llevó hasta esa situación. La chica parece magnífica y por suerte tengo algo de dinero para poder comer fuera aunque tendré que apretarme el cinturón hasta la próxima inyección monetaria de mi madre. No me importa, ahora mismo solo pienso en donde podríamos ir a cenar y tener una buena velada sin que se me escape del presupuesto. Baja y quizás sea la espera o que sea la primera mujer en meses que viene a junto mia, pero está radiante y en su aspecto solo ha cambiado la falta de los documentos que tenía cuando subió. Le indico a donde vamos y decidimos ir andando mientras charlamos.
Llegamos al restaurante, no es nada ostentoso pero es suficientemente bueno como para diferenciarlo de un local de comida rápida. Pedimos ambos agua para beber, yo de un tiempo para aquí estaba intentando beber menos y parece que a ella no le pareció apropiado pedir una bebida distinta a la mia. Mientras esperamos a que nos vuelvan a atender me cuenta sobre su trabajo en una tienda de diseño de moda y sus gustos. Parece una chica muy refinada, buenos gustos en lo musical y lo literario, no coincido en unos cuantos, pero hay que reconocer que es una mujer culta. Yo le comento mis intentos fallidos como escritor y como sobrevivo a pesar de no tener un trabajo propiamente dicho. Pedimos de comer, nada llamativo, carne para mi y una ensalada para ella. Seguimos charlando, esta mujer no puede ser de este mundo. Tan hermosa, tan interesante, tan real... Creo que es el único ataque de valor que ha dado buenos resultados en mi vida. Terminamos la comida y pago a pesar de que insiste en pagar su parte, la cuenta ha sido menos dolorosa de lo que esperaba pero esto me va a costar por lo menos un par de días de comer frutas. Decido acompañarla a su casa y a ella no parece molestarle, llegamos a su portal.
-Bueno, aquí estamos...-Parece ser que mi ingenio con el papel está siendo aplastado por mi ingenio con la lengua. -Ha sido una buena cena.
-Sí, me ha gustado mucho.
-Ha sido un placer chocar contigo.
-Lo mismo digo, se está haciendo tarde.
-Tienes razón, bueno...-Justo cuando iba a continuar me pone una mano en la mejilla y me besa, qué maravilloso beso. Me sentía pletórico y de pronto se separa de mi y se gira dirección su portal.-¡Espera! Podríamos escribirnos, ¿te parece bien?
-Vale.-Se acerca y saca un papel y un bolígrafo de su bolso, anota su dirección y repite el beso pero esta vez en mi mejilla.-Buenas noches.
-Buenas noches, te escribiré.-Se mete en su casa y yo me vuelvo a la mía caminando.
quiero mas!
ResponderEliminart_d_s_p_t_s
ResponderEliminara donde llevará esto...???toca esperar espero que no demasiado
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