jueves, 26 de diciembre de 2024

Primera aventura

                             A lo largo de lo siglos XVII y XVIII los siete mares tuvieron dueños, los piratas. Fuera de la ley estos hombres y mujeres desafiaron al mundo para conseguir fama, riquezas y cumplir sus sueños. Muchos de ellos se hicieron famosos y todavía son recordados por sus hazañas de pillaje. Existió una banda que a pesar de no hacerse famosa destacó por una gran particularidad, tener dos capitanes. La banda de los hermanos piratas era una rareza dentro de un mundo lleno de líderes en solitario. Aunque se les llamase los hermanos piratas tanto Henry "El Español" como Robert "El Mulo" no eran hermanos. Eran unos amigos que discutían como hermanos y se defendían de la misma manera. El Español era algo bajo pero habilidoso. Se crio durante la mayor parte de su infancia en el norte de España donde recibió una gran educación además de ser adiestrado en el uso de espadas. Su compañero solía decir que era tan inteligente como la sabiduría popular, un poeta del mar o un erudito capaz de rajar a quien le falte al respeto. Por otro lado Rob era grande a lo alto y a lo ancho, lucía una barriga que en muchas ocasiones asomaba por la parte inferior de sus ropas pero eso no le impedía dar unos puñetazos como coz de burro y de ahí su apodo. Habiendo pasado gran parte de su infancia y adolescencia buscándose la vida en las calles, conoce como funciona el mundo y las personas. A pesar de ello tenía un carácter alegre que le hacía ser el alma de la fiesta y un don de palabra que le hacía parecer un trovador de las historias del mar. Su leyenda como piratas no traspasó la barrera del tiempo como la de William Kidd o Thomas Tew pero sus aventuras merecen ser recordadas igualmente.

Aquellos dos hombres empezaron su historia en el ciudad de Sandwich, en el condado de Kent, Inglaterra. Tras navegar durante un año trabajando en un barco pesquero decidieron que era su momento de conseguir su propia embarcación, su propia tripulación y surcar los mares en busca de aventuras y riquezas. Y tras mucho planearlo fueron a la zona del puerto donde estaba atracado un barco de la armada inglesa mientras los soldados estaban de permiso. Descubrieron que esa noche solo tendría dos soldados vigilando la entrada y otros dos patrullando por el puerto por lo que sería el momento ideal para hacerse con el barco. Era un buque magnífico que apenas tenía un año desde que lo botaron al mar por primera vez, con unos pequeños cambios sería la embarcación pirata perfecta comentaban. Siendo como era medianoche era raro ver en el muelle a dos personas que no fueran de vigilancia y allí se encontraban ambos caminando abrazados y haciendo eses. Caminaron hasta quedarse a unos pocos metros distancia de los guardias que se sorprendieron de verlos y se llevaron la mano a su mosquetón para prepararlo en caso de ser necesario. Los amigos empezaron a alzar la voz en lo que parecía una discusión acolorada.


-¡Te digo que ahí dentro no hay nadie! - Gritaba Rob a su amigo. - Ahora mismo ese barco está vacío como tu cabeza.

-¿Cómo van a tener una embarcación como esta sin apenas vigilancia? - Le contestaba El Español mientras golpeaba con su dedo índice en el pecho de su compañero. - Solo unos inconscientes como tú dejarían esto al alcance de cualquiera.

-No quiero repetirme pero ahí dentro no hay nadie, ¿me escuchas o aquí dentro solo hay eco? - Al mismo tiempo que le preguntaba le daba unos golpes en la cabeza. Los gestos eran entre cómicos por el estado ebrio de ambos y preocupantes por la agresividad de los mismos. Los guardas se acercaron caminando con seriedad y con sus armas guardadas.

-¿Qué esta pasando aquí? - Advirtió uno de ellos. - Estas no son horas para pegar estos gritos. Será mejor que se vayan a dormir la borrachera.

-Mira idiota, al final has molestado a estos hombres. Perdonad caballeros, mi amigo dice que ahí dentro se encuentra durmiendo toda la armada inglesa y yo aseguro que ahí dentro no se encuentra nadie.

-Pues tiene razón, ahora mismo los soldados que forman parte de la tripulación de esta embarcación están de permiso y ahora mismo solo nosotros la resguardamos. ¿Queda zanjada así esta discusión sin sentido?

-Entonces, ¿me asegura que está vacío? - Preguntó Henry que recibió un asentimiento de cabeza de ambos guardas. Y miró a su amigo. - Sé reconocer cuando me equivoco amigo, tienes razón.

-Bueno Hank, gracias por aceptarlo. Gracias caballeros y una última cosa.


Los guardias iban caminando a su puesto cuando se giraron para comprobar que era lo que quería decirle el más alto de los dos hombres. El Mulo hizo honor a su nombre y golpeó a uno de ellos en la mandíbula derribándolo al instante. Hank propinó un puñetazo en el estómago al otro para luego empujarlo a las frías aguas de la costa inglesa. Henry recogió las armas del guarda noqueado mientras su amigo subía al barco e iniciaba los preparativos para partir. El más bajo de los piratas empezó a cortar las amarras con el sable del guarda y su compañero ya estaba al timón después de izar las velas. Mientras Henry recogía el ancla pudo ver como llegaban corriendo otros dos guardas intentando frenar su escapada. Rob al timón se reía mientras su compañero desde una de las barandas les despedía con la mano. Los guardas intentaron atinarle con sus armas de fuego pero en la oscuridad de la noche era casi imposible acertar a esa distancia. Se tuvieron que conformar con asistir a sus compañeros heridos y ver como el barco se alejaba en la oscuridad. Los amigos trabajaban incansables en dirigir el barco en la oscuridad.


-Ja ja ja ja ja Hank tenías razón en que hacernos pasar por borrachos les haría bajar la guardia. Cayeron en tu trampa. Y ahora, ¿cuál es nuestro destino?

-En las costas españolas y portuguesas encontraremos hombres dispuestos a unirse a nuestra nueva tripulación, pero este barco necesita un nombre.

-Siempre dicen que parecemos hermanos pues que este barco sea nuestra madre, "La Madre de los Mares". ¿Qué te parece?

-Estás inspirado Mulo. Y ahora vayamos por nuestro sueño al sur.

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