sábado, 14 de diciembre de 2024

Todas las veces que no decimos te quiero

 Esta canción me recuerda a ti
escucha esto que creo que te gustará
creo que esto te puede gustar
me recuerda a ti.

Si para ti es importante también lo es para mi
puedes contármelo no es una tontería
podemos vernos aunque sea cinco minutos
podemos vernos aunque sea un minuto
aunque sea un ratito
podemos.
¿Te apetece si vamos a cenar?
¿Te apetece pasear?
¿Te apetece si hacemos de comer y vemos una película?
¿Te apetece juntos?
Te llamo que me apetece escuchar tu voz
sí, manda un audio que tengo ganas de escucharte.
Tengo ganas de verte
me acerco y me cuentas
cuenta conmigo
si quieres voy
si me necesitas voy
estoy para ti
te escucho
te veo
juntos.

Hice esto, espero que te guste
te hice de comer tu comida favorita
te compré un regalo
para ti
por ti.

Que bien te sienta
te ha salido muy bien
estás preciosa
gorda me la pones
estoy muy orgulloso de ti
me alegro mucho por ti
me pone muy feliz ver que las cosas te van bien
eres muy graciosa
tienes mucho talento
admiro la persona en la que te estás convirtiendo
te admiro
se me calienta el pecho de pensar en ti
eres un motivo de mi alegría
contigo siempre acabo teniendo una sonrisa
contigo puedo hablar de lo que sea
contigo puedo ser yo mismo y no sentirme juzgado
siento que puedo contarte todo
me siento escuchado
me siento visto
me siento arropado
contigo.

Presencia

                             Estaba en un sueño. Era uno de esos sueños en los que te persiguen. Estaba tan asustado que ni miraba atrás para identificar a mis perseguidores. No sé si era por los pasos que cada vez se escuchaban más fuerte a mis espaldas o por esa extraña sensación de sentirse observado que era como tenerlos a cada paso que daba más cerca de atraparme. La angustia era tal que no vi que en mi carrera me dirigía a un callejón sin salida. Al chocar contra el muro la desesperación se disparó en mi interior. Noté tres manos reteniendo mis piernas a mi espalda. No quería girarme. Golpee la pared como intentando derribarla. Dos manos más se sumaron al agarre a la altura de mis muslos. Intenté apartar las manos que me retenían las piernas pero era como apartar el agua cuando estás metido en el mar. Más manos empezaban a sujetar mi cuerpo que empezaba a ahogarse con tanto agarre como en arenas movedizas. En un último acto desesperado grité con todas mis fuerzas. Esperaba que alguien me rescatara. Cerré los ojos y comprobé que cada vez más manos me retenían hasta que mi cuerpo estaba totalmente aprisionado. Tiraban de mi por todos lados. Ya no era capaz ni de escuchar mi voz.

Abrí los ojos y estaba en mi habitación. Tenía la respiración acelerada. Debería estar a oscuras pero tenía un haz de luz frente a mi. No podía creer su origen. Delante de mi estaba ÉL. No soy creyente pero era la única forma de definir lo que estaba pasando. Un ser de luz blanca en mi habitación. Alrededor de dos metros de altura e irradiando por todo su cuerpo una luz blanca que impedía determinar ciertas facciones. No llevaba ropa y a la altura de donde deberían estar los ojos su cara se cortaba. Sobre el corte estaba el universo. Era como un cerebro flotante vestido con pamela y decoración cósmica. La imagen de esta entidad anuló la mayoría de capacidades ya que solo podía observarlo entre asombrado y aterrorizado. En el pecho, el corazón sonaba como tambores tribales. Aunque no tuviera ojos, podía notar su mirada. Me hablaba y el sonido de mi corazón no permitía escuchar nada. No podía parar de mirar el universo. Su mente, sus ojos y una parte de él era todo el universo. Omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia. Seguía hablando pero seguía sin poder escuchar nada y durante un instante me cuestioné si siendo incapaz de hacerme escuchar su voz podría ser ÉL. En cuanto ese pensamiento recorrió mi mente se paró de inmediato y levantó un dedo de su mano. Como en un truco de magia mi cuerpo reaccionó a su gesto y vi como poco a poco mi cuerpo empezó a transformarse. Se deformaba y se separaba. No dolía pero era grotesco. En un momento lo que era mi cuerpo se había transformado en una infinidad de pompas de jabón que flotaban sobre mi cama. Podía percibirme a través de cada una de ellas. Así debía de ser la mirada múltiple de una araña. Dirigí mi múltiple percepción a mi acompañante y bajó el dedo. Las pompas de los extremos comenzaron a explotar y otra vez la sensación de terror se apoderó de mi. ¿Iba a desaparecer? Como un efecto en cadena cada pompa que estallaba hacía que dos más la siguieran. En un momento mi cuerpo burbujeante desapareció y en el mismo instante que lo hizo mi cuerpo apareció como empujado de nuevo sobre la cama. Mi fe había sido restaurada. Empecé a hablar pero de mi boca no salieron palabras ni sonidos sino baldosas que se iban apilando frente a mi creando un camino flotante. Mi boca se movía pero solo contribuía a que el camino se extendiera más y más. Llegado un momento por más que moviera la boca intentando hablar ya no salían ni palabras, ni sonidos y tampoco baldosas. Ignoré lo absurdo de toda la situación y comencé a gatear por las baldosas. El camino ascendía atravesando el techo de mi habitación y el piso del vecino. Subía por el cielo más allá de las nubes. Como un bebé travieso yo gateaba por ellas. Al final me encontré una puerta en mitad de la nada. La abrí y las baldosas se desmoronaron como un castillo de naipes. Caí. Todo se volvió oscuro.

Volví a despertar en un lugar que no reconocía. Era oscuro y sucio. Miré mis manos y estaban totalmente cubiertas en ceniza oscura. Me incorporé y mi cuerpo estaba también cubierto entero por la misma ceniza. Caminé sin saber a donde iba. Podía sentir todavía que ÉL estaba ahí observando. Y buscaba con la mirada a mi alrededor al mismo tiempo que avanzaba. Intenté quitarme la ceniza de encima pero unos simples golpes no bastarían. Sin saber muy bien el origen apareció un fuego que me rodeó en forma de círculo. El círculo se fue estrechando a mi alrededor y aunque las llamas eran intensas no parecían dar calor. Estaba paralizado de nuevo y las llamas me alcanzaron. La primera lengua de fuego que me tocó quemó la ceniza de mi pie y la borró. A medida que se quemaba la ceniza que me cubría ante mis ojos se mostraban todos los errores de mi vida. Todos los actos oscuros que me manchaban. Los más leves se quemaron de cintura para abajo y a medida que la llama ascendía aparecían los más graves. La llama me cubrió entero. Me desperté. Estaba en mi habitación y ahora sí que parecía que todo estaba en orden. El sueño seguía en mi recuerdo. Quizás tenía una segunda oportunidad.

martes, 10 de diciembre de 2024

Cuentacuentos

                             Era el día después de mi noveno cumpleaños. No tenía clase. Tardé años en darme cuenta que nunca tendría clase el día después de mi cumpleaños. Viajo en el asiento de copiloto. Escuchando una historia que tardaré doce años en saber que está siendo improvisada sobre la marcha. La historia hablaba de un mundo de héroes y dragones, de villanos que siempre son derrotados y de victorias que conforman épicas leyendas. Siento que viajo en lo físico y en mi cabeza al mismo tiempo con dos rumbos distintos. Me habla con calma y con esa gracia que solo tenía él. Me pide que me esconda bajo la guantera para que no nos pille la policía, para él era nuestro juego y para mi nuestra aventura. Está especialmente animado porque me dice que tiene una sorpresa para mi y su alegría se contagia de la forma que solo se pueden contagiar las buenas emociones. Me vuelvo a sentar en el asiento colocándome el cinturón y me felicita por ser tan responsable. Hace frío y apenas hay personas por la carretera. ¿Quién estaría a las nueve de la mañana un seis de diciembre en la carretera a la playa? Solo "El hombre que venció al frío" y su nieto. Tiene una copia del periódico donde hablan de él en el asiento de atrás por si se encuentra con alguien enseñarla. Él es el hombre que vence al frío cada día nadando en el océano Atlántico. Y yo hoy su compañero de aventura. 

Aparca lo más cerca de la playa que puede y me dice que nos bajemos. Se queda en bañador como si la temperatura no fuera con él y se coloca el neopreno. Estoy helado hasta los huesos por la brisa marina y me sonríe. Me dice que hace buen tiempo para la fecha que es y no sé si se burla de mi o lo dice en serio. Saca un paquete envuelto en papel de regalo del maletero del coche. Se me ilumina la cara. Mientras lo abro no sé cual de los dos está más ilusionado. Es un neopreno. Me dice que me lo ponga. Tiemblo de frío durante todo el proceso. Vamos al mar. Meto un pie y tengo tanto frío que salgo corriendo. Él se mete de cuerpo entero. Lo miro como mirarían los ciudadanos de sus historias a los héroes que vencen al dragón. Me pide que me meta con él. Me da vergüenza reconocer mi debilidad y le digo que lo miro desde la arena. Se pierde en el mar durante un buen rato. Reaparece con dos peces en sus manos. Los acaba de pescar y me los enseña orgulloso. No me puedo creer que en ese agua helada haya podido no solo bucear sino pescar algo. Me dice que volvamos a casa que la abuela le echará la bronca si me pongo malo. Me dice que ha pescado su comida de hoy. Varios vecinos que se asomaron a observar su rutina acuática le saludan. Me subo al coche con el neopreno puesto y con una toalla en forma de capa. Le pido que continúe la historia. Me pide que le recuerde donde la dejó. Lo pienso ahora y no entiendo como se me pudo pasar que la estaba improvisando. Creo que está muy contento de que hayamos compartido ese momento. Yo lo estoy. Es El hombre que venció al frío. Es mi héroe. Es mi abuelo.

domingo, 8 de diciembre de 2024

¿Ganador?

                             Aquel día otoñal caminando en solitario por el paseo de la playa sentí que estaba todo perdido. Acumular errores como si fuesen deudas me estaba pasando factura. Por mucho que pudiera reconocer mi culpa en los actos que me llevaron a esta situación no significa que no pesara. Perder personas importantes, perder el rumbo y perder poco a poco la vida era la fruta que recogía por un año siendo la peor versión de mi mismo. Un perdedor. Uno que solo sabía perder. No quiero volver a perder me decía internamente mientras pateaba una piedra que me había cruzado por el camino. Podía ver a personas caminando por la arena de la playa y dos hombres sentados en uno de los bancos que hay a lo largo del paseo. Estaba en ese punto que el torrente de pensamientos no me dejaba centrarme en nada en concreto. Quizás era eso lo que me impidió percibir que uno de los hombres del banco me saludaba con la mano desde la distancia. Mis pensamientos derrotistas me tenían tan acorralado que no pude ver como se acercaban ambos hasta que ya los tuve encima. Pegué un pequeño salto de sorpresa. Ellos parecían bastante calmados.


-¿Eres Rober? Sara nos dijo que estarías aquí.

-Disculpa, ¿quién eres? ¿Quién es Sara?

-Perdona, tienes razón. Me llamo José y él es Manuel. Por las indicaciones que nos dio Sara estamos convencidos de que te vas a unir a nuestra comunidad pronto. Sara es una compañera de la comunidad.

-¿Comunidad? No sé nada de una comunidad José. ¿No os confundís de persona? No recuerdo hablar con ninguna Sara de ninguna comunidad.

-José, déjame a mi por favor. - Manuel interrumpió a su compañero percibiendo que no estaba entendiendo nada. - Entendemos que toda esta situación es difícil de explicar y de entender pero formamos parte de una comunidad que según nuestras informaciones anhelas. Ahora mismo tendrás muchas dudas sobre nuestras intenciones pero somos un poco el comité de bienvenida para los nuevos. Somos un grupo "bastante particular" por así decirlo, somos gente que como tú perdimos mucho, perdimos tanto que sentimos que no podíamos más. ¿Crees que empatizas con esto que te describo?

-Bueno... No sé, esto me resulta muy extraño. Mejor me voy. - Me giré en para tomar dirección contraria a la de estos dos desconocidos pero la mano de Manuel se posó en mi hombro de manera calmada. Me giré pero me encontré dos caras comprensivas. No mentían cuando indicaron que eran el comité de bienvenida, se notaba que no era su primera experiencia de este  tipo. Me calmé un poco y me volví a girar hacia ellos expectante de escuchar lo que me tuvieran que decir. - Vale, os escucho.

-Gracias y de nuevo disculpas por toda esta información así de sorpresa. No hay forma fácil de enfocar todo esto. - Manuel miró a José que se encogió de hombros. - Para nosotros ya es algo a lo que estamos acostumbrados y hemos recibido todo tipo de respuestas, ya nada nos sorprende. Para vosotros en cambio suele ser todo lo contrario, nuestra bienvenida os resulta tan delirante que pensareis que nos hemos escapado de algún psiquiátrico. - Esperaron mi respuesta pero prefería mantenerme en silencio mientras me terminaban de contar la historia completa. - Empezaremos por la parte más inverosímil: venimos de un lugar "mágico" por así decirlo...

-¿Que? - No pude contener la respuesta ante la mención de un mundo mágico. ¿Acaso esperaban que me creyese eso? - ¿Un mundo mágico? ¿Estilo Señor de los Anillos o como el mundo de fantasía de Barbie? No podéis estar en serio.

-Sé que es difícil de creer pero esa es la realidad. - Repuso instintivamente Manuel. - No te pedimos que te lo creas ahora mismo pero haz como que sí hasta que te lo podamos demostrar. Como te decía, venimos de un lugar que podría calificarse como mágico. ¿Qué hace a este lugar mágico te preguntarás? Pues allí acabamos las personas que hemos perdido tanto en la vida que sentimos que no podemos perder más y este lugar nos concede ese deseo. El de no perder nunca más. Sé que es difícil de creer pero sin estar en el lugar nosotros todavía somos capaces de conservar parte de su magia. - Metió la mano en el bolsillo y sacó una moneda. No parecía tener nada especial la moneda y me la ofreció. La pillé y la miré como esperando que se transformase en algo distinto. - Elige cara o cruz y lánzala. Si quieres elijo yo, pero creo que entenderás mejor la situación si lo haces tú. Puedes hacerlo las veces que quieras para quedarte tranquilo. - Los miré extrañado pero no perdía nada por comprobarlo. Pensé cara y lancé la moneda. Al caer en mi mano y comprobé. CARA. Bueno, podía ser suerte pensé. Manuel y José estaban callados y sonrieron. Esta vez dije en alto mi elección y volví a lanzar la moneda. Al comprobar lo que había salido, había vuelto a fallar. Podía ser un golpe de suerte, al final las probabilidades no eran tan bajas. Repetí y ganaron. Repetí y volvieron a ganar. Repetí y repetí y repetí y repetí. En cada uno de los lanzamientos da igual si decía en alto o para mis adentros el resultado era el mismo, ellos nunca perdían. - ¿Estás satisfecho con la prueba? Puedes repetir las veces que quieras pero el resultado será el mismo. Sé que esto no es prueba suficiente, pero aquí no podemos hacer mucho más. Retomando la explicación, en el lugar del que procedemos hemos dejado de perder. No sabemos muy bien como funciona pero no puede ocurrir en ninguna de sus formas. Es un refugio para personas que perdimos tanto que llegamos al punto de aceptar que no podíamos más. Si vienes con nosotros te lo podemos enseñar.

-¿Ahora?

-Sí, cuanto antes te mostremos antes empezaremos con los siguientes pasos. Acompáñanos.


Les acompañé. Caminamos hasta un coche negro. Ellos se sentaron en los asientos delanteros y yo atrás. Estuvimos un buen tiempo en silencio. Manuel conducía. Durante diez minutos me dediqué a ver por la ventana mientras me llevaban a un lugar del que lo único que sabía era que es mágico. Pero no había nada distinto ni especial en la zona por la que avanzábamos y tampoco quería cargar el ambiente con mis preguntas si estaba de camino a recibir una explicación. No tardamos en alcanzar el lugar en el que pararon el coche. Como con el paisaje que se miraba desde el coche, este lugar no parecía tener nada especial. Era un pueblo normal y corriente en los alrededores de la ciudad. Me invitaron a acompañarles. Volví a caminar detrás de ellos hasta el bar del pueblo. En la entrada estaba una mujer. En cuanto la vieron la saludaron con la mano y nos acercamos a ella.


-Sara, ya estamos de vuelta. Era todo tal como dijiste. - Le dijo José a la mujer que estaba en la entrada. Esa mujer parecía ser Sara, la que les había hablado de mi. No la conocía. No había visto a esa persona en mi vida. - Estamos aquí para ya terminar el proceso de conocer el pueblo, ¿nos acompañas?

-Sí. ¿Te gusta este lugar Rober?

-Bueno, parece un sitio tranquilo. Pero no parece tener nada especial ni mágico.

-Ahora es cuando desarrollamos un poco más esto. - Repuso al momento Manuel. - En realidad el lugar en el que estamos sigue siendo el lugar del que venimos y al mismo tiempo no. ¿Ves a la mujer que está cantando en el escenario? Acércate y mira por la ventana. Ella es la fundadora de este lugar. Hace mucho tiempo perdió a su familia y amigos por una enfermedad que asoló donde vivía. Perdió a su hijo que apenas tenía cuatro años y como sobrevivió a todos los que la rodeaban los vecinos empezaron a hablar de ella como si los hubiera matado. Perdió tanto que un día escapó de su casa llorando y caminó hasta que su calzado se rompió. Durante el camino deseo que su dolor terminara, no quería perder nada más. Su deseo fue tan fuerte que este mundo apareció para ella. Fue como si el mundo en el que viviera se doblase a la mitad y ella pudiese habitar en la nueva mitad. Estas casas, estos bares que ves son los del mundo del que venimos pero al mismo tiempo no lo son, están aquí solo para nosotros para cubrir nuestras necesidades. Al igual que con la moneda, lo irás entendiendo en cuanto lo veas en acción. Poco después de la fundadora empezaron poco a poco a llegar más gente. Personas que habían perdido demasiado en la vida y no querían que se repitiese. Aquí no perdemos. Ni partidas como con la moneda pero tampoco tiempo de nuestra vida. No envejecemos y no podemos conducir nuestra vida a la pérdida, si quiero ir a un lugar llegaré a ese lugar porque no me puedo perder. Si tengo que elegir algo esa decisión seguirá conmigo para siempre. Y por eso estás aquí Rober.

-Todo esto... No tiene sentido. Es cierto que cuando me encontrasteis estaba pensando justo en que no podía perder más, que estaba abrumado por el sentimiento de pérdida. Pero este lugar, ¿cómo puede existir?

-No puedo responderte a eso mucho mejor que con la historia de Manuel. - Esta vez fue Sara la que me dio respuesta. - Imagino que ya te han dicho que todo esto suele ser una sorpresa para los nuevos. Aquí te acabas acostumbrando a descubrir cada vez más cosas nuevas.

-Como dice Sara, en este lugar ocurren muchas cosas que te sorprenderán. Hay respuestas que no se pueden dar y otras que solo tú podrás descubrir. - Añadió Manuel.

-¿Qué significa que esté yo aquí? - Pregunté dejándome llevar por la locura de todo lo que estaba pasando.

-Quizás nada y quizás todo. - Contestó Sara con una sonrisa burlona. - Entremos al bar, hoy habrá baile.

-Perdona el tono misterioso de Laura. - Me dijo en bajo José mientras buscábamos mesa donde sentarnos en el local. - Este lugar es todavía más especial para las mujeres. En la historia nadie ha perdido más que las mujeres del mundo y por eso este lugar se comporta mejor con ellas. Tienen más poder y más conocimiento pero aquí eso significa también más restricciones. Saber que tus decisiones te comprometen a no perder lo que decidas nunca más es un peso muy grande para muchos. Ellas conocen este lugar y entienden mejor que nadie su poder y por eso son más cautas. Ese es el precio de no poder perder.

-Pero eso parece un castigo.

-Puede parecerlo desde luego. Muchas hemos debatido sobre ello. Para las más conservadoras es un precio más que justo, perdieron tanto en su anterior vida que darían lo que fuera porque no se repitiera. Para el otro sector es una jaula, es cierto que este lugar cubre tus necesidades pero también puede hacer que te niegues a tener deseos por miedo a no poder perderlos. - Empezó a sonar en la sala una música y la cara de Sara se iluminó. - Me encanta esta canción, ¿te apetece bailar conmigo Rober? - Me ofreció su mano para seguirla al baile y no fui capaz de responder así que tomé su mano y me llevó a la pista donde ya había otras personas bailando. - Tranquilo, da igual que no se te de bien, aquí no puedes perderte. - Era cierto, en cuanto empezamos a bailar, nos movíamos como si no fuese nuestro primer baile juntos. - Tú todavía no formas parte de este lugar pero sus efectos ya empiezan a estar en ti. Al principio este lugar te atraía pero las mujeres de aquí somos capaces de saber quienes pueden ser los nuevos habitantes y podemos mandar a algunos a que vayan a enseñarles el lugar antes de que este lugar llegue a ellos porque están totalmente perdidos. - Se acercó a mi cuello y empezó a susurrarme al oído. - Porque Rober, tú todavía puedes elegir. Todavía no lo has perdido todo, mañana por la mañana haremos junto a ti el ritual de pase pero todavía puedes elegir no formar parte de este lugar. - Quizás era el ambiente o que hacía mucho tiempo que no bailaba así con nadie pero acerqué mi cara como intentando besarla. Ella giró su cara y la alejó un poco. Más con pena que con rechazo. - ¿Podrías elegir besarme sabiendo que ese beso haría que no nos pudiéramos perder nunca? ¿Podríamos amarnos sin la posibilidad de que se pueda terminar en el horizonte? Si te besara, nuestras vidas estarían atadas para siempre por obligación y no por elección.

-Lo... Lo siento.

-No pasa nada. Pero tienes que entender como es este lugar. Ahora te llevaremos a tu cuarto, mañana por la mañana haremos el ritual de decisión. Elegirás si te unes a este lugar con nosotros o vuelves a tu vida. Nosotros estaremos para ti durante la decisión y te acompañaremos en todo momento. Vamos.


Abandonamos la zona de baile y el local. Me llevaron hasta una casa vacía y me indicaron donde estaban las habitaciones. Me metí en cama pensando en todo lo que había vivido durante ese día. Había visto como me ganaban a la moneda más de una docena de veces, a gente en el local participando en juegos donde todos ganaban y la cara de Sara mientras me contaba todo lo relacionado con este lugar. Por el camino pregunté si era un lugar fijo en el espacio y aunque ellos tampoco lo entendían bien, el lugar estaba localizado a menos de media hora de su próximo habitante. Que el hecho de estar en ese plano que tiene como esqueleto nuestro mundo pero que luego es ajeno a él le permite desplazarse. Nadie ajeno a este lugar puede descubrirlo sin estar acompañado de un nativo. Cuanta más información tenía de este lugar más entendía su etiqueta de lugar mágico. Intenté despejar la cabeza para poder dormir y poco a poco los pensamientos me dejaron descansar.

A la mañana siguiente Manuel, José y Sara me esperaban en la entrada de la casa donde me había hospedado. Parecían un poco inquietos frente a la absoluta tranquilidad del día anterior. Me pidieron que les acompañara y caminamos alejándonos de la zona de viviendas. Llegados a un punto ya bastante alejado los tres dibujaron sobre el suelo una línea y me pidieron que me alejara de la misma con ellos. Me explicaron que ellos serían mi puente de entrada o de salida del lugar. Que yo tendría que caminar desde su posición hasta la línea y en cuanto la atravesara tomar una decisión. Que no me preocupara que en caso de que decidiera volver a mi vida, no habría consecuencias negativas. Que ellos me acompañarían en todo el proceso. En cuanto terminaron las explicaciones intenté ordenar mis pensamientos sobre este lugar. No volver a perder. Sonaba tan tentador. Caminé con paso lento en dirección a la línea dibujada en el suelo. No perder no significaba ganar a veces también significaba no intentarlo. Estaba frente a frente con la línea del suelo. Cerré los ojos. Respiré hondo. Di el paso.

Cuando abrí los ojos me encontraba en el paseo de la playa donde empezó todo. Como si hubiera sido un sueño despierto a mi alrededor ya no estaban ni las casas ni las personas con las que me encontraba. Supongo que era la decisión correcta, había perdido tanto pero, ¿era ese lugar dónde sentiría un cambio a mejor? Caminé un poco y vi a lo lejos un coche negro como en el que me habían llevado José y Manuel. Corrí hacia él pero su interior estaba vacío, ¿había sido todo un delirio de mi cabeza? Me tocaron el hombro y al girarme me encontré con los dos hombres que esperaba encontrarme en el interior del vehículo. Me abrazaron y me agradecieron la decisión, me dijeron que se iban a una nueva vida. Me recomendaron caminar por la arena en lugar de el paseo, que ayuda a despejar la mente. Tras despedirnos seguí su consejo y me descalcé para caminar por la arena. Caminé durante un rato hasta ver en la distancia una figura frente al mar que pude reconocer al momento. Era Sara. Corrí hasta ella con tal velocidad que en varias ocasiones estuve a punto de caer. Cuando la alcancé tenía los ojos llorosos pero sonreía. Le iba a preguntar qué estaba pasando pero me indicó con un gesto que mirase el mar con ella. Permanecimos así un buen rato en silencio.


-Gracias. - Me dijo casi como un susurro sin dejar de mirar el mar. Me agarró la mano con su mano. - Me gustaría comprobar si bailas tan mal.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Carnicería

                             El inspector Ramírez esperaba que se encontrase ante un asunto de vital importancia ya que lo habían despertado a las tres de la madrugada en una noche de martes de noviembre para ir al Tequila 666, el peor antro de la ciudad. El oficial que le llamó describió la situación como una carnicería y que eran necesarias sus capacidades. ¿Qué podría ser tan importante como para necesitarle? Ya se sabía que el bar era un centro de reuniones para varias bandas locales e incluso se tenían indicios de que se producían combates ilegales en su interior. Nada que se pudiese demostrar ante un juez y por lo tanto solo podían atacarles con pequeños mordiscos aquí y allá. Ramírez avisó de que estaría en unos veinte minutos en el lugar pero había tenido en cuenta la intensa lluvia que acompañaba al frío. En cuanto llegó a la escena del crimen salió de su coche tirando el cigarrillo a medio fumar al asfalto encharcado y mientras se empapaba echó un primer vistazo al lugar. Cinco coches de patrulla, dos de técnicos forenses y un montón de agentes de un lado para otro. En cuanto puso un pie cerca de la zona acordonada uno de los hombres se acercó para levantarla cinta y ponerle al día con el asunto.


-¡Inspector! Disculpe las horas y muchas gracias por venir, no sabíamos muy bien como gestionar un caso así. - Tras cruzar la cinta, ambos caminaron bajo la lluvia hasta la entrada del local. Había un agente joven con cara de mareo al que su compañera algo más veterana estaba tranquilizando. A Ramírez le llamó mucho la atención la escena, ¿qué podía haber ahí dentro que alterara tanto a un agente? - Recibimos hace unas dos horas una llamada de una vecina que se quejaba de gritos y ruidos provenientes del local, lo que no nos imaginábamos era lo que nos íbamos a encontrar ahí dentro. Hemos intentado mantener la escena lo más intacta posible pero hubo que mover un poco algunos cuerpos porque estaban agolpados en la entrada y era muy difícil el acceso. Por lo demás, está como la encontramos. Me gustaría que a pesar de las circunstancias es un honor contar con usted. - Un fan pensó Ramírez. Era lo que menos necesitaba con el sueño que tenía encima, le solían dar dolor de cabeza.

-Gracias por el informe agente. Veamos que tenemos aquí. Cuanto antes analicemos la escena antes podremos dejar a los de los muertos hacer su trabajo. - Ambos alcanzaron la zona donde el joven agente y su compañera estaban protegiendo la entrada. Ramírez se dirigió a ella viendo que era la que tenía más experiencia de los dos. - Vengo a ver que ha pasado aquí dentro, inspector Ramírez.


La agente les abrió la puerta y con un solo vistazo el inspector pudo comprobar que el término carnicería no era para nada exagerado. Entre veinte y treinta cuerpos inertes en el interior. Todos pegados a las pared de la entrada como si hubieran intentado escapar por la puerta o las ventanas. No presentaban heridas de bala pero si heridas como algún tipo de arma afilada. ¿Algún cuchillo, hacha, machete o espada quizás? Algunos tenían alguna parte del cuerpo totalmente amputada y la mayoría una incisión en la cabeza que podría ser la causa de la muerte. Como si hubieran sacrificado a un montón de animales. Un matadero de criminales. Algunos de ellos los conocía de vista y otros debían de ser peones del crimen de esta ciudad. Las personas encargadas de esto parecían haber salido indemnes ya que no se apreciaban manchas de sangre que no fueran de los cadáveres, ¿acaso la creme de la creme del crimen decidió no defenderse? Intentaron huir pero ¿por qué no lo consiguieron? ¿Estaban cerradas las puertas? Todavía les quedaban las ventanas si tanta urgencia tenían. El inspector caminó por la escena mirando a un lado y a otro. El arma le parecía mas cercana a un hacha que a un cuchillo. Había alguna pistola por el suelo, por lo tanto sí se habían intentado defender. Y observando el resto de la habitación había orificio de bala en la pared contraria. Se habían intentado defender pero fallaron. ¿Tantos disparos y ni siquiera una herida en el rival?


-Agente, ¿cuándo llegaron las puertas estaban atrancadas?

-Sabía que se daría cuenta. No, estaba todo tal como lo ve ahora. Las puertas abiertas, las ventanas sin ningún tipo de pestillo y esos orificios de bala del fondo sin ningún tipo de sangre. Por eso le llamamos. No entendíamos que pudo haber pasado aquí, al principio creímos que pudo ser una reunión entre bandas que acabó mal pero el tipo de heridas y que los hombres de ambos grupos estén mezclados entre las víctimas como si hubiesen colaborado para defenderse nos confundió.

-Comprendo. Si le soy completamente sincero ahora mismo estoy tan perdido como ustedes. Veo miembros de dos bandas asesinados a hachazos posiblemente y que no pudieron huir de un lugar que no les ponía ningún impedimento. Se defendieron con pistolas ante hachas y perdieron la vida sin causar ningún daño a los asesinos. No tiene ningún sentido. Si no supiera que son bobadas diría que es cosa de magia. Esta carnicería sin ninguna pista...


El inspector no pudo terminar su frase porque en el momento que dijo la palabra carnicería las luces del local empezaron a parpadear y un ruido de metálico empezó a sonar por toda la habitación. Instintivamente se llevó la mano al arma mientras miraba para todos lados intentando ver de donde provenía el sonido que se hacía a cada segundo más fuerte. El agente intentó avisar a los compañeros que había fuera pero la puerta no se abría y parecía que nadie fuera del local se enteraba de lo que estaba pasando. Ramírez iba a comprobar las ventanas cuando su compañero le señaló la puerta trasera del local. Se giró y comprobó que no estaban solos. Dos seres de unos dos metros acababan de entrar en la habitación. Y la palabra ser era la correcta para definir a cada uno de ellos porque aunque querían parecer humanos el término sería tan correcto como llamarle fuego al agua. Con unos cuerpos de dos metros de altura parecían estar hecho de partes del cuerpo de distintas personas, una pierna larga y una pierna más corta y fuerte o brazos de distinto tamaño y forma. Llevaban un mandilón como los de los carniceros y donde debería estar el cuello y la cabeza un corte del que salía un liquido negro que manchaba la parte superior de la ropa  de carniceros que llevaban. En las manos cuchillos de carnicero que iban golpeando contra las paredes produciendo el ruido metálico que ya sonaba hasta el punto que lo mejor sería taparse los oídos. El agente sin mediar palabra empezó a dispararles pero las balas parecían esquivarlos. Ramírez estaba intentando racionalizar la escena pero dos gigantes decapitados estaban a punto de trocearle como a los miserables que tenía a su alrededor. Uno de ellos llegó hasta el agente y clavó el filo de su cuchillo en el cráneo. El policía se desplomó en cuanto la bestia humanoide desenterró su arma de su cabeza. Ramírez sintió pánico. Iba a morir. El ruido metálico no le dejaba pensar. Y al ruido de las armas de los monstruos se había unido un sonido agudo como de una alarma, quizás era la de incendios del local. La puerta y la ventana estaban atrancadas. Lo estaban empezando a arrinconar. El sonido de la alarma se hacía todavía más fuerte. Lo iba a dejar sordo. El inspector Ramírez despertó en su habitación empapado de sudor. Le estaban llamando por teléfono. Miró la hora en la pantalla y eran las tres de la madrugada y le llamaban de la comisaría. Se intentó sacar el miedo del cuerpo para atender la llamada.


-¿Diga?

-¿Inspector Ramírez? ¿Señor?

-Sí, soy yo.

-Señor, disculpe las horas y la molestia pero necesitamos que venga en cuanto pueda al Tequila 666. Se ha producido un crimen, no sabría muy bien como describir la escena salvo como una carniceria.

martes, 3 de diciembre de 2024

Cuenta cuentas

 Paz tiene tres letras
pero no las que crees.
Paz es el lugar
donde ya no me ves.

Miedo tiene seis letras
y no me confundo.
Miedo es renunciar
a aquello que forma mi mundo.

Futuro tiene cinco letras
y todavía sé contar.
Futuro es un destino
donde puedo sanar.

lunes, 2 de diciembre de 2024

Noviembre

 Las luces se encienden,
las personas se marchan,
se caen las caretas
y mía es la culpa.

Siento gritarte,
no quiero dejarte solo,
soy responsable de mis errores
y mía es la culpa.

Me ves con lágrimas en los ojos,
te enfadas porque no mejoro,
es cierto que apenas hago nada
pero no quiero más culpa.





Me dormí esperando que llegase mañana
y no desperté por mis sueños de ayer.
Soy ejemplo de que el que no avanza no gana,
tan estancado que solo puedo perder.
Me convertí en la canción que no suena,
en el tren que a la estación no llega,
puede que necesite encontrar un rumbo
y no veo nada con tanta niebla.
Todas mis tiradas parecen ser cruz
y por ello voy dando tumbos,
no creo que apostar por mi pueda,
¿acaso lo harías tú?





Tres puertas se cerraron
y ninguna ventana a la vista.
La puerta del corazón suena y nadie llama,
la puerta de la cabeza se aleja y esconde las llaves
y la puerta del tiempo se escapa entre mis dedos.
Nadie quiere bajar la cabeza en tiempo de ventanas,
nadie quiere cuidar cuando puedes cambiar,
nadie regala silencios cuando cualquiera te puede hablar
y nadie se queda con una puerta rota
cuando por una ventana puedes escapar.
Me da miedo pensar que mientras disfrutas de la brisa de la ventana
mi puerta se cerrará.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Tres maneras de no decir adiós

 "Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito,
porque me destrozaría saber que a pesar de eso no me has buscado."

Mario Benedetti.


                        Te vi hasta en tres ocasiones sonriendo. El cuando no creo que sea importante. Despertó en mi dos rutas de pensamiento. La primera fue alegrarme por tener la oportunidad de volver a verte sonreír ya que no quería que mi última imagen de ti fuera una despedida entre lágrimas. Y la otra fue la de estar triste sabiendo que no volveré a participar en que se te dibuje una. No me viste aunque pasaste tan cerca que con apenas un ligero movimiento nos habríamos tocado, quizás iniciado un abrazo como en el pasado. Y me sentí turista en tu vida. Tan ajeno a ella que me hice pequeño para no romper el momento y la sonrisa. Me convertí en una sombra. Para no ser visto. Para no molestar. No tuve intención de ser visto. Creo que si lo hiciera me convertiría en una mancha de ponzoña en el cristalino océano de tu día a día. No deseo romper nada más por muy cruel que sea saber que como en la canción "Ya no te hago falta". Alejé de mi mente cualquier idea de ponerme en contacto contigo. He vivido muchas noches entre lágrimas excepto esas cuatro donde aprendí que a veces para amar uno se tiene que apartar.



Te vi una noche triste. Casi al punto del llanto. Pasaste tan cerca que por un momento pensé que era yo la causa. Pero tal era la pena que ni te percataste de mi presencia. No me hizo falta empequeñecerme porque todo pasó en un suspiro y tan pronto te tenía al alcance de la mano y al momento te perdías entre las personas. Me escribieron que te vieron triste al rato y si tenía algo que ver. "Ojalá" fue mi primer pensamiento porque eso habría significado que la vida nos volvía a cruzar. Confirmé que aunque te vi no interactuamos. Que tuve ganas de preguntarte que necesitabas. Si te apetecía que nos fuésemos y cenásemos algo rico mientras veíamos alguna de las películas que nos gustaban. Sabía que en otro tiempo eso te habría ayudado a desconectar y te habría hecho reír. Quizás con eso bastaba. Pero yo ya no formaba parte del plan, era un evento de otro tiempo y para otro Rober. Éramos dos personas distintas cruzando nuevos ríos. La idea de que seamos desconocidos me revolvió el estómago. Por primera vez me cuestioné esto. ¿En que momento renunciar a las risas era el camino correcto? Me recordé que tengo que respetar tu decisión y que amar puede ser convertirse en un desconocido.




No te puedes imaginar lo orgulloso que estaba. El mismo día que lo supe fue a la librería con cara de haberme la lotería. Me alegraba tanto por ti que no podía esperar a contemplar el fruto de tu esfuerzo. En cuanto lo vi me temblaron un poco las manos. Viví ese momento como tenerte enfrente. Pillé el libro y casi sin mirarlo estaba pidiendo que me lo pusieran para regalo. Al llegar a casa el papel se rasgó como en mis navidades cuando era un niño. No pude sino devorarlo. Esa tarde fuimos el libro y yo. Cada vez que mis ojos pasaban por algo que me recordara al proceso de crearlo me detenía y disfrutaba del recuerdo que evocaba. Cada minuto de lectura era un momento más de orgullo. Y con la finalización del mismo llegó el bajón. Todos esos recuerdos me sobrepasaron. Era sábado de noche y todo se revolvía en mi interior. Había borrado tu número de la agenda de mi teléfono y no tenía forma de ponerme en contacto contigo. Era un acto demasiado egoísta. No debía. Sabía que no debía. Me ardía la cabeza de pensamientos contradictorios. Y me acordé que tenía tu contacto anotado en una libreta que uso como agenda. Me lancé sobre el cajón como un animal salvaje sobre su presa. Me comía la ansiedad. Sabía que no estaba bien y busqué en las páginas tu nombre. Ahí estaba como aparición divina. Como agua en el desierto. Dudé un instante. Este era el momento de parar o ya no habría vuelta atrás. Marqué el número en mi teléfono y esperé.


-Sé que esto no está bien y quiero disculparme. - Me sujeté la cabeza como si necesitase apretarla para que no se desmoronase. - No sé ni por donde empezar pero necesito que me escuches. Ojalá esto esté funcionando para ti porque para mi no lo está haciendo. Creo que te di la última pieza buena de mi como recuerdo cuando te fuiste y desde entonces lo que ha quedado de mi es una mierda. Lo estoy haciendo todo mal y he echado de mi vida a las pocas personas que le importaba. Les hago daño y los echo. Lo siento. Hoy leí tu libro y sentí la necesidad... La necesidad... De decirte lo orgulloso que estoy de que lo hayan publicado. Soy imbécil, no creo que necesites esto ahora mismo. De verdad lo siento. Me gustaría saber si estás bien porque ahora mismo siento que te has convertido en otra persona y yo sigo en el mismo lugar y momento en el que me dejaste. Alejado de ti y alejándome de todo. Sin saber quien soy como agua sin recipiente saltando de un lugar a otro intentando obtener una forma que me sostenga. La verdad es que aunque extrañe un montón de cosas creo que saber que estás bien sería suficiente. Sé que es tarde para muchas cosas pero me mataría saber que espero a que sea demasiado tarde. Me habría encantado sentir como me abrazas esta noche. Te quiero.


Apoyé mi cara sobre la pantalla del teléfono mientras me rompía del todo a llorar. La pantalla estaba oscura y en ella se empezaban a dibujar un texto de tristeza con las lágrimas que se derramaban. No pulsé el botón de llamar y quizás eso era lo correcto. Tras unos minutos con mi cabeza apoyada contra el teléfono como queriendo transmitir todo lo que se quedó sin decir a través del pensamiento me incorporé con la agenda en la mano. Arranqué la página con su número de teléfono y la trocee para tirarla a la papelera. Fui al baño y me lavé la cara. Me puse el pijama y me metí en la cama. Fue un proceso semi automático como si todo lo vivido hace unos minutos activara todo esto. Me metí en la cama y extrañé la forma en que frotabas tus piernas con las mías antes de irte a dormir y el último abrazo que me dabas por detrás por las noches. Todavía seguía hablando contigo en mi voz interna. Todavía era muy pronto para poner a prueba la fuerza de mi lealtad. Todavía me falta aprender que amar también puede ser soltar.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Dioses. Origen.

                             Antes de la humanidad tal y como la conocemos e incluso antes de los panteones existieron los Absolutos. Los primeros dioses que representaban conceptos abstractos como la Diosa de la Vida, la Diosa de la Muerte, el Dios del Caos, el Dios de la Nada o el Dios del Tiempo. Todos ellos crearon y moldearon nuestra realidad desde su propio panteón varias realidades superiores a la nuestra antes de que el tiempo fuera conocido como tal. Para no tener que abandonar sus reinos superiores con asiduidad decidieron crear entidades divinas en la propia Tierra que convivirían al principio de los tiempos con los primeros hombres, las bestias y los extintos seres mágicos. Estos Dioses menores fueron conocidos como Elementales ya que la mayoría de ellos representaban elementos del mundo y convivían con el resto de seres que durante mucho tiempo llegaron a convertirlos en los primeros seres de adoración conocidos. Ese fue el motivo de reunión de tantos Elementales al lugar donde se construyó el primer templo, uno dedicado al Dios del Agua. Ese templo despertó la ira del Dios del Fuego que retó a la deidad acuática a un duelo para demostrar ser más digno del culto de los seres inferiores. Ambos Dioses decidieron que sería un enfrentamiento y que el vencedor decidiría un castigo para el derrotado. Para garantizar que el mundo no sufría las consecuencias de este conflicto la Diosa de la Tierra, la Diosa del Viento, la Diosa del Rayo y el Dios del Trueno además de espectadores canalizaban su poder protegiendo a los seres vivos y el lugar donde se desarrollara el combate.

El momento de la batalla se había alcanzado y los contendientes no se hicieron de rogar. En el mar más cercano empezó a asomar una figura gigantesca. Estaba totalmente cubierta del agua marina. Primero un brazo que se aposentó en tierra como buscando un punto de apoyo para alzar el resto del cuerpo y luego un segundo brazo que terminó de alzar la figura hasta lo que era la cadera de un gigante de centenares de metros. Pero no estaba cubierto de agua, estaba hecho de agua. Era un gigante totalmente acuático. El Dios del Agua había adoptado esta forma pura de agua con forma humana en un tamaño gigante. Tal era la forma acuosa que en su incorporación a tierra el Dios del Agua no se había percatado de que varios seres acuáticos estaban en el interior de su estructura nadando como si fuera el propio mar del que emergió. La deidad introdujo su mano en su cuerpo y devolvió a las criaturas al océano donde estarían más seguras. Tras eso se incorporó orgulloso al lado de su templo esperando a su rival. Un Dios del Fuego que no se hizo de rogar. Una llama asomó en medio de la nada y se hizo cada vez más poderosa tanto en forma como en tamaño. En medio de la llama apareció también un gigante, pero uno que estaba ardiendo. En algunas zonas el calor de las llamas era tal que solo quedaban los huesos rodeados de llamas y en otras todavía quedaba algo de carne que se deshacía poco a poco con el calor. El Dios del Fuego miró con desprecio al resto de los presentes. No mostraba benevolencia con su propia forma física mucho menos con los que consideraba sus rivales. Sin dudarlo un instante el gigante envuelto en llamas lanzó su puño derecho contra la cara de su rival. Alcanzó donde estaría el mentón y litros de agua saltaron por el aire. El Dios del Agua se mantuvo en silencio pero posó su brazo izquierdo sobre el hombro derecho de su rival y donde el agua se juntaba con las llamas las propias llamas cambiaban de calor y aullaban como sufriendo por el contacto. Antes de que pudiera reaccionar al agarre, la deidad del elemento acuoso con su brazo derecho comenzó a golpear a su rival en distintas partes de su gigantesco cuerpo. Con cada golpe las llamas cambiaban de color y perdían intensidad como si el Dios del Fuego estuviera recibiendo heridas en su estructura. Tras varios puñetazos soltó el amarre y con ambos puños asestó un mazazo a la cara del gigante ardiente que se vio lanzado por los aires. El vuelo fue de quilómetros y quilómetros, tantos que perdió de vista a su rival. Cuando cayó pudo ver que estaba cerca de una zona volcánica y esperó a su rival allí. El Dios del Agua no se hizo esperar y llegó hasta el territorio de su rival corriendo en saltos que alcanzaban casi los quinientos metros. Cuando se volvieron a poner frente a frente el elemental de agua emanaba humo de su cuerpo como el sudor de un cuerpo fatigado. Ambas deidades alzaron sus puños pero fue el de agua el que alcanzó de nuevo a su rival que se desplazó hacia atrás hasta caer sobre un volcán en el cual uno de sus puños se sumergió. Parecía que todo el pescado estaba vendido y el Dios del Agua caminó triunfante hasta su enemigo que lo miraba furioso todavía sobre el volcán. El calor de la tierra hacía que el humo que soltaba el Dios del Agua aumentara a cada paso que se acercaba a su rival y lo que debían ser sus pies era un burbujeante mar de agua hirviendo. A cada paso parecía más pequeño y viendo la sonrisa burlona del Dios del Fuego la deidad de todas las superficies acuáticas comprendió que le habían tendido una trampa. Bajos sus pies discurrían ríos de lava de los volcanes que lo estaban debilitando. Se estaba evaporando y allí el Dios del Fuego se sentía como en casa. El Dios del Fuego sacó su mano del interior del volcán con un poco de lava que lanzó sobre su rival. El impacto fue tan doloroso que por primera vez en su existencia el Dios del Agua se encontró con el sentimiento del miedo. La lava caminó por su estructura dejando cicatrices de vacío y vapor en el aire. El Dios del Agua en ese momento intentó escapar pero el Dios del Fuego no estaba dispuesto a permitirlo. Estiró su brazo creando un látigo de fuego con el que rodeó a su rival como una serpiente que intenta estrangular a su presa y lo atrajo hasta si mismo. Donde antes el contacto hacía aullar a las llamas ahora convertía en burbujas y vapor el agua. El gigante ardiente sometió a su enemigo y empujó su cuerpo contra el suelo. Ambos tumbados sobre el suelo con el Dios del Agua resistiéndose al contacto con la tierra que escondía bajo su superficie una estructura de arterias de lava que lo evaporarían si pasara cerca demasiado tiempo. El Dios del Fuego puso su mano sobre la cabeza enemiga y empezó a empujar todavía más a su rival que no paraba de evaporarse y perder tamaño a cada instante. Se escuchó un último aullido del Dios del Agua y este se evaporó. El Dios del Fuego había vencido.

La celebración no duró mucho para el Dios del Fuego que volvió caminando al punto de inicio de la batalla. Al llegar allí contempló con disgusto el templo dedicado al que fue su enemigo. Decidió que ese templo merecía el mismo destino que la deidad a la que estaba dedicada y cubrió con sus llamas toda la estructura de piedra. Eran unas llamas distintas, no intentaban quemar las rocas. Las evaporaba hasta el punto de convertirlas en arena. No se conformó con el templo y mientras todos los seres vivos huían ante la proliferación de las llamas el Dios del Fuego que se extendían quilómetros a la redonda secando la tierra hasta convertirla en arena. No contento con ello el Dios del Fuego extendió sus llamas al cielo donde evaporó las nubes y calentó el aire hasta que el lugar donde había estado el templo solo quedara arena y calor. Tras terminar su obra el Dios del Fuego se marchó de nuevo a su reino a la espera de ver como reaccionaría el Dios del Agua cuando viera lo que hizo y convencido que esa muestra de poder atraería a fieles a sus filas.

Meses más tarde el Dios del Agua reapareció en el lugar donde tiempo atrás estuvo su templo y contempló la obra del Dios del Fuego. Un territorio inerte. Un océano de arena. La deidad intentó devolver la vida a la zona con su agua pero el calor del aire evaporaba cualquier agua antes de asentarse. En ese momento el Dios del Agua lloró toda la noche. Ese agua ya sea por la tristeza que cargaba o por el poder que le había sido imbuido se asentó y hasta surgió algo de vida a su alrededor, creando así las primeras dunas del primer desierto de nuestro mundo. Recibió el nombre de Desierto del Fuego en una lengua que hace siglos dejó de existir y todavía más tiempo que no se usa ese nombre. Un desierto que nació de la rabia de un dios y la pena de otro.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Que lo sepan

 El que siempre escucha aunque ya lo sabe,
el que no se rinde con nadie,
la que conmigo hace el mejor equipo,
el que siempre está aunque se esconda un poquito,
la que siempre va a creer que puedo,
el que me lleva más lejos,
el que se quiere mucho pero más al resto,
con el que más me he equivocado,
la que cada cana es un día que me ha aguantado,
la que sus manos me han criado,
la que no siéndolo como suyo me ha tratado,
a los que más he cuidado,
a todos los que me han presentado
y a la que más extraño a mi lado.
Lo siento,
lo intento
y que no digo suficiente te quiero.
Me dicen si te rindes pierdes
cuando si me rindo es todavía peor
porque si me rindo los pierdo.

Otoño

 A quien no sabe
nada:
Ama.





 Que tu mirada sea mi espejo,
que el reflejo cambie mi alma,
encontrarme detrás de esta pesadilla
y ya no ser el de mi pensamiento.
Poder mirarme en el espejo,
encontrarme en mi propia mirada,
dejar atrás el ser un reflejo
y descubrir que la pesadilla se acaba.
Encontrar nuestras miradas,
que se regocijen nuestras almas,
avanzar sabiendo que la pesadilla solo es un pensamiento
y al final hasta el infierno se acaba.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Ciego

 Algún día veré la playa que me dices desde mi ventana,
algún día caminaremos y la espuma del mar chocará contra nuestros tobillos,
algún día la mancha de la vida no tapará mi visión,
ese día sonreiremos y todo el tiempo a oscuras nos parecerá una ilusión,
ese día veré la playa y ese día será un día feliz,
pero hoy no la veo y hoy no lo es.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Octubre

 No entiendo la duración de las palabras,
si tu último "te quiero" duró apenas dos segundos
¿por qué lleva años en mi oído?
Me ahogo en el desagüe
donde tiramos todo lo que nos queremos decir.
Lo correcto sería olvidar,
pero sin ti no se escribe del miedo a la felicidad.





  Una bala en la cabeza,
en el pecho una pena
y en la mente una certeza.
Que no puedo seguir así,
que no puedo seguir,
que no puedo,
que no,
NO.






  Decirme que no para no hacerte daño,
ser una sombra cuando paso a tu lado,
llorar a diario y mantenerlo callado,
alejar a todos y que no sufran demasiado,
quedarme solo y que nadie me extrañe,
asumir que soy el problema y largarme,
desaparecer poco a poco y que nadie venga a buscarme,
decirme que de nuevo que no, no seré yo quien al pozo os arrastre.

sábado, 26 de octubre de 2024

Pasado, presente y...

                                 Una fiesta de barrio es una buena ocasión para salir de casa y desconectar de la rutina. Esa fue la idea que tuve cuando este verano decidí airearme en una de ellas. Salí de casa caminando a eso de media tarde y en menos de una hora ya me encontraba en medio del bullicio. Había atracciones de todo tipo como la clásica noria o puestos varios de comida. No me resultaba interesante ninguna de las que tenía delante pero caminar entre tanta gente alegre transmitía paz. Me compré unas patatas fritas y mientras caminaba devorándolas me topé con algo que sí llamó mi atención. Parecía la típica carpa en la que te adivinan el futuro. El nombre de la atracción era "El túnel de la vida" y había un cartel en la entrada que añadía "Un viaje a través de tu tiempo en este mundo". No creo en lo paranormal pero la mezcla entre lo misterioso y lo cutre cautivó mi atención. No había nadie haciendo cola y parecía que llevaba un rato sin recibir clientes. Aparté la cortina de la carpa y entré. Me recibió un hombre que iba vestido con una túnica y un gorro de brujo que no sé si quería aparentar ser Gandalf o aprovechó las sábanas viejas de casa para la ocasión.


-Bienvenido al viaje de tu vida. Has oído bien, el viaje de tu vida. Pagando un módico precio cruzarás un portal que te llevará a través de tu pasado hasta alcanzar tu futuro.

-¿Cuánto vale?

-El precio por atravesar el portal son cinco euros, un precio ridículo cuando te espera el viaje que cambiará tu vida para siempre.


Le pagué al hombre su dinero y crucé la cortina del "portal" más por la broma que por la curiosidad. El dueño de la atracción me deseó suerte en el viaje de mi vida y tras la primera cortina había un par más que me hicieron sentir que nadaba por emerger de un mar de telas. Cruzando la última una luz me cegó durante un momento y cuando abrí los ojos me encontré en medio de un bosque. Miré a mis espaldas y las cortinas no estaban. No sé como lo hizo pero el truco estaba bastante logrado. La atracción no podía ser tan grande para tener en su interior un bosque de este tamaño en su interior. Miré a mi alrededor intentando encontrar el truco. Me acerqué a uno de los árboles y parecía de verdad. No entendía nada. La tierra y el césped también parecían reales. Había un camino en el medio y al fondo una figura humana que parecía estar peleando. Me acerqué con cautela y no paré de asombrarme cuando me vi a mi mismo. Allí estaba yo con ocho años, vestido con el disfraz de Spider-Man que pedía todas las navidades a excepción de la máscara y usando un palo como si fuera una espada. Estaba peleando contra un enemigo imaginario. Tan ensimismado que ni se percató de que me acercaba a él. ¿Cómo podía ser posible? ¿Era eso lo que significaba lo del viaje a través de mi tiempo en este mundo? Tenía que ser un truco, pero cuanto más cerca estaba más real parecía.


-Ey campeón, ¿estás tú solo aquí? - Mi versión de ocho años se giró de manera brusca y me miró asustado. Para mi era mi pasado pero para él yo era un desconocido. Necesitaba buscar la forma de que no me viera como un peligro. - No te voy a hacer daño. Solo vi tu traje de Spider-Man y pensé en preguntarte donde conseguir uno tan guay como el tuyo.

-Pueeeees estaba aquí jugando con mi espada-palo y pensé que este sitio necesitaba un héroe y que ojalá tener el disfraz de Spider-Man que pedí por Navidad y lo tenía puesto. Y sé que Spider-Man no usa espadas, pero no quería tirarla. Y además llevo un rato aquí solo. ¿Tú también estás solo?

-Sí, estaba dando un paseo y me perdí. Por ahí sigue el camino, ¿te parece bien si vamos juntos a buscar al resto de las personas? - Me miró dubitativo. No confiaba en mi del todo. Normal. Era un adulto desconocido. Cerré los ojos y pensé. Cuando los abrí mi camiseta era de Spider-Man. Mi versión más joven abrió sus ojos de par en par de la alegría. - Mira, yo también soy fan de Spider-Man.

-¿A ti también te gusta? Yo soy su fan número uno. Lo veo en la tele todas las mañanas. Le ganó al Duende Verde. Nunca se rinde.

-Sí, es el mejor. Y yo creo que soy su fan número dos. Entonces, ¿me acompañas a buscar a los demás?

-Sí. Haremos equipo como Spider-Man y los Cuatro Fantásticos.


Me agarró de la mano y me empezó a contar sus cosas. Que se había cambiado de colegio, que era portero de un equipo de fútbol sala, que no tiene hermanos y más cosas que me regresaban a un pasado alegre. Yo le escuchaba pero parte de mi atención estaba en nuestros alrededores. ¿Me encontraría también con una versión futura mía? ¿Cómo sería? Todavía estaba intentando asimilar todo. Caminando con mi yo más joven de la mano por un bosque en medio de una fiesta de barrio y como en un sueño podemos cambiar cosas con el pensamiento como nuestra ropa. Mientras yo seguía sumido en mis pensamientos mi compañero de caminata me apretó la mano y tiró un par de veces como intentando llamar mi atención. Antes de que pudiera preguntarle que pasaba ante nosotros interponiéndose en el camino un gigante que llevaba con correa a tres lobos del tamaño de un adulto. El niño estaba totalmente asustado. Él no los reconocía pero yo sí. La vida iba a poner a estos monstruos tarde o temprano en su vida para hacerle daño. Esos lobos y ese gigante con cara de bobo estuvieron a punto de borrarnos del mapa. Las heridas que nos dejaron, el trauma con el que tuvimos que vivir por culpa de ellos. Tenerlos ahora delante me hizo apretar el puño que tenía libre. Le pedí a mi yo joven que me dejara su palo-espada, que se pusiera detrás mía y que no mirara. Cuando se puso de espaldas a mi cerré los ojos y deseé que fuera una espada. Al abrirlos tenía una espada en mi mano derecha. El gigante no parecía impresionado ante ella y soltó la correa de los lobos. Puse la espada frente a mi en posición de guardia y el primero de los lobos se lanzó contra mi. Lo recibí con espadazo vertical en la cabeza que lo mató al momento. El gigante rio como si no le importara y el segundo de los lobos de un salto quiso alcanzarme pero se encontró por el camino con la punta de la espada que se insertó en la parte inferior de su cuerpo haciendo que lanzara un aullido de dolor y quedara tumbado agonizante. No pude ejecutar una estocada para sofocar su sufrimiento porque el tercero de los lobos me derribó e intentaba morderme la cara furioso. Solo mi brazo izquierdo impedía que sus dientes me hirieran. Notaba su aliento caliente en mi piel. Apreté los dientes y moví mi brazo izquierdo para separarlo un poco más de mi y ensarté la espada en su cuerpo lateralmente repetidas veces hasta que dejó de revolverse. Me levanté y me acerqué al segundo lobo que todavía estaba sufriendo, iba a terminar con su agonía. El gigante llevaba un garrote que parecía el tronco de un árbol y en un intento de atacarme golpeó el mazo contra su mascota. La esquivé a duras penas pero al esquivarlo caí en su trampa. Me agarró con su brazo izquierdo por la pierna y me elevó en el aire por encima de su cabeza mientras se burlaba de mi. Daba la sensación de que quería engullirme de un trago. No podía perder. Tenía que impedir que le hicieran el daño que me hicieron a mi a mi yo más joven. En cuanto me acercó a su boca con los dos brazos agarrando la espada la clavé en sus ojos hasta en cinco ocasiones. El gigante gritó de dolor y me soltó. Me desplomé en el suelo sufriendo mucho dolor en el impacto. No sé de cuanta altura caí pero durante unos segundos mi cuerpo parecía completamente roto. Estaba tan cerca de proteger a mi yo infantil. No podía rendirme. Me levanté usando la espada como una especie de bastón o muleta. El gigante seguía sufriendo por su ceguera. Pasé entre sus piernas y de un tajo corté sus talones. Se desplomó como un árbol talado. Los gritos de dolor se habían convertido en lloriqueos que parecían suplicantes. Me subí a su espalda y me coloqué en el lugar que se debería encontrar su corazón. Con mis últimas fuerzas clavé la espada hasta la empuñadura. El gigante ahogó una respiración y quedó totalmente inerte. Caminé hacía mi yo más joven diciéndole que ya podía mirar. Al girarse su mirada era de puro horror. Temblaba y no era capaz de decir nada. Intenté tranquilizarlo pero al acercar mi mano hacia él pude ver que estaba llena de sangre y no solo mi mano. Estaba bañado en la sangre de mis enemigos. Cerré los ojos y deseé quitarme toda la sangre de la ropa y el cuerpo. Al abrirlos ya no estaba. Me costó pero pude tranquilizar a mi versión joven. Volvimos a caminar por el sendero y no llevábamos mucho cuando se apareció ante nosotros lo que parecía la salida. ¿No iba a encontrarme con mi yo más viejo? El camino se desviaba hacia la izquierda y por allí se veía nuestra antigua casa a lo lejos. Me despedí del pequeño Rober que se fue con su disfraz de Spider-Man muy contento de la pequeña aventura que habíamos vivido. Mientras yo miraba la salida con miedo. ¿Qué significaba no ver a mi yo del futuro? ¿Acaso no había futuro para mi? ¿Me iba a pasar algo? Estaba muy asustado, como si cruzar ese portal supusiera enfrentarse a un gran peligro. En mi mano derecho apareció la espada. ¿Cuánto tiempo llevaba en mi mano? ¿Qué hacía ahí? No podía cruzar ese portal. No podría explicarlo pero todo mi cuerpo me decía que no debía salir de ese bosque. Miré a la espada como si me llamara. ¿Acaso era aquí donde terminaba todo? No me lo quería creer pero el no haber visto a mi yo futuro tenía que significar algo. Pensé en la mirada que me echó el niño tras intentar protegerle. Tal vez el problema siempre había sido yo. No los lobos ni el gigante. Quizás el monstruo era yo. El problema era yo. La espada se sentía más liviana a medida que avanzaban mis pensamientos. Coloqué la punta de la espada en mi pecho. Pensé en el niño con el disfraz de Spider-Man. Le pedí perdón en mis pensamientos. Mientras me dejaba caer hacia delante el bosque se hacía más oscuro como si desapareciera.


Unas horas más tarde la policía había finalizado la fiesta y había acordonado la atracción de "El túnel de la vida". Muchos curiosos alrededor de la zona mientras la policía le preguntaba al dueño que todavía estaba confuso. Les decía que no sabía lo que estaba pasando. Que es la primera vez que ocurre algo así. Que cuando se dio cuenta de que tardaba mucho fue a ver y se lo encontró muerto en el suelo y que les llamó de inmediato. Los policías preguntaban si habían visto a alguien entrar o salir. El hombre parecía confuso y un poco asustado por perder su fuente de ingresos. Los sanitarios salieron con la camilla y con un cuerpo totalmente tapado. Llevaba unas horas muerto habían indicado los forenses. La camilla entró en la ambulancia que se fue sin encender la sirena. Entre los curiosos un hombre de unos cincuenta años se marchó al ver que se llevaban al muerto. Llevaba una gabardina que le tapaba casi hasta las rodillas y una barba completamente blanca que le hacía parecer mayor. Caminaba tranquilo en aquella noche veraniega que invitaba a ir de manga corta. Cuando dejó atrás todo el bullicio se abrió la gabardina para quitársela y llevarla en su brazo derecho. Vestía una camiseta de Spider-Man.

lunes, 14 de octubre de 2024

Septiembre

 Me busco en nuestras fotos y ya no estoy,
me miro en los reflejos de la calle y no me encuentro,
solo soy dolor y lamentos,
solo queda en mi el polvo de recuerdos.

Ya no suena el teléfono
y me reciben caras largas,
Septiembre se acaba
y muero solo en mi cama.

Treinta noches en guerra
perdiendo cada batalla,
la muerte no parece condena
si por fin llega la calma.

No estés triste decía
porque yo ya estoy muerto,
no se derraman lágrimas
y ese es el final perfecto.

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                             Tras el final de la guerra los ataques a los modificados se intensificaron. El discurso oficial fue que un grupo terrorista de modificados había decidido atacar a otros soldados del ejercito eurorruso. Los telediarios dedicaron durante meses el tiempo a señalar al modificado J-5127 como el cabecilla de este movimiento contra la paz que se había conseguido tras tanto tiempo de guerra. Se le acusaban de muchos crímenes y se rebajaron sus éxitos durante las campañas militares del pasado. Se hicieron entrevistas a personas que decían conocerlo antes del inicio de la guerra y que reconocían en el ex héroe de guerra conductas peligrosas para el resto de la sociedad. Los líderes políticos acordaron perseguir al grupo terrorista surgido en este nuevo período de paz para garantizar la seguridad y la armonía duramente conseguidas. Al principio nadie entendía como pudo un miembro tan importante de las nuevas fuerzas de batalla de la alianza entre Europa y Rusia atacar a los que fueran sus compañeros y liderar un grupo contra los territorios que defendió pero con el tiempo se acabó aceptando entre la ciudadanía a J-7 como el villano de este nuevo mundo.

Invierno del año 2093. Sede central del movimiento revolucionario, localización desconocida. Mediodía. J-7 estaba en su catre mirando al techo donde tenía colgado su antiguo cinturón con su antiguo cuchillo de batalla. Un recordatorio de todas las vidas que había segado y de la persona que no quería volver a ser. Llamaron a la puerta de su habitación y supo que ya era el momento. Se levantó acariciando su prominente barba que se había dejado desde que comenzara su vida de fugitivo. Se miró en el espejo las canas que coronaban los laterales de su cabeza, el cansancio en su mirada y el traje de combate desgastado que llevaba puesto. Tras respirar hondo abrió la puerta para encontrarse con Amálie la jefa del equipo científico. Estaba impaciente, hoy era un día muy importante para ellos y aunque respetaba al teletransportador le molestaba la calma con la que se tomaba todo. Caminaban a la par hacia los exteriores y ella le comunicaba que todo parecía ir según los planes. Él pensó en los planes. En como se podían torcer en un instante y se llevó la mano instintivamente a su cinturón de combate y a la empuñadura del cuchillo que en el pasado fue de su amigo. Un cuchillo para salvar pensó. Al salir del recinto los otros modificados ya estaban alistados y organizados esperándoles. Ambos se posicionaron frente al grupo y la científica con un gesto sencillo que iniciara el discurso.


-Creo que todos me conocéis. No soy un hombre de muchas palabras. Prefiero que mis actos sean mi discurso. Muchos de los aquí presentes estáis conmigo desde hace más de una década y me habréis visto más veces de las que os gustaría. - Algunos de los modificados más veteranos rieron. Todos estaban muy serios ante la importancia de la situación y al mismo tiempo se sintió alivio al ver la calma con la que la afrontaba su líder. - Durante cinco años hemos sido perseguidos y difamados. Han vigilado a nuestras familias, han asesinado a hermanos y hermanas de batalla, han destruido nuestra imagen y nos han convertido en los villanos de su historia. ¡Hasta hoy! - Tanto los modificados de la formación como los que estaban realizando otras tareas en los exteriores de la base comenzaron a gritar y vitorear a J-7 que esperó a que se calmasen para continuar. - Hoy cambiarán las cosas, comenzaremos a limpiar nuestro nombre y a crear un mundo mejor. Durante años hemos vivido en la sombra escondiéndonos y escapando de aquellos que nos acusan de sus crímenes. Buscando otros supervivientes, ayudando a las víctimas de estos villanos y sobreviviendo. Hoy por fin contraatacaremos. Hemos trabajado durante meses para tener esta ocasión. Ya estáis divididos en los equipos. Equipo uno, equipo dos y equipo tres compuestos por dos saltadores y un explosivo, equipo cuatro compuesto por cuatro saltadores y dos explosivos y mi equipo en el que seré yo y E-7777 que se ofreció con sus habilidades explosivas en caso de ser necesarias. El equipo uno irá a la torre de control que tienen en España, el equipo dos a la que está en el sur de Italia, el equipo tres a San Petersburgo, el equipo cuatro a Alemania donde habrá más protección y yo a Finlandia. Allí ya nos esperan nuestros compañeros que simularán un ataque a cada una de las torres de control para que los tecnomodificados salgan a defenderla y nosotros podamos infiltrarnos y hacer nuestra parte. Según nuestros informes en el lugar que tenemos que llegar quedará uno o dos guardias. A partir de aquí continua la explicación la jefa del equipo científico.

-Gracias líder. Bueno, como decía J-5127 vuestra misión es aprovechar la misión de vuestros compañeros para infiltraros en la sala de datos. Allí pondréis en uso los dispositivos que mis compañeros os darán a continuación. - Un grupo de hombres y mujeres repartieron entre los saltadores unas bolsitas que se podían enganchar en el cinturón de combate. - En vuestra mano derecha tenéis un pulsador electromagnético o PEM que inutilizará el chip de control de cualquier modificado o tecnomodificado que esté a diez metros vuestra alrededor de cinco minutos. Al entrar en la sala comprobad si está protegida y activad el PEM para que los guardias queden inhabilitados. Tras eso llegará el momento de emplear el activo que llevaréis bien protegido y que ahora está en vuestra mano izquierda. Es un conector de información. Lo conectaréis dentro de la mesa de control al punto de conexión. En cuanto lo hagáis el conector hará todo el trabajo. Subirá un programa que destruirá toda la información que hace que desde esas cinco torres se controlen a todos los modificados y tecnomodificados. En cuanto eso ocurra es muy probable que los tecnomodificados que están defendiendo las torres se encuentren desorientados, es vuestra misión decidir en que momento retiráis el conector porque en cuanto eso ocurra empezará una cuenta atrás de un minuto. En cuanto esa cuenta atrás llegue a cero se activará el sistema de emergencia de las torres que retirará los pilares base de las torres haciendo que se destruyan en pocos segundos. Con eso habrá terminado la tiranía del chip de control.

-Muchas gracias Amálie. Varias cosas antes de iniciar la misión. Nuestra red de mentalistas ha confirmado que los líderes del gobierno se encuentran en una celebración en Paris y por lo tanto es muy probable que toda la información sobre nuestro asalto les llegue tarde o directamente apliquen los protocolos básicos y manden un grupo básico de refuerzos que llegarán unos diez minutos después de que se inicie el asalto. La misión no puede durar más de diez minutos o pondremos en riesgo la vida de nuestros compañeros. También nuestra red de mentalistas será quien se comunique con vosotros a través de vuestros pensamientos ante cualquier imprevisto que pueda suceder. Si el plan fallara, los que se queden en la base tienen un plan de reubicación que nadie más que ellos saben por si alguno de nosotros somos capturados y torturados para dar la ubicación del resto. Y por último, nuestros compañeros explosivos se han ofrecido voluntarios para la misión pero no solicitaremos sus recursos a menos que sea necesario y una última alternativa. Hoy podemos iniciar una nueva era de posibilidades, en nuestras manos está alcanzarlo. ¡Salvemos el mundo!


Durante un momento toda la base fue una fiesta. Los modificados y los no modificados que estaban presentes estaban llenos de optimismo ante la posible victoria de ese día. J-7 colocó ambos dispositivos enganchados en su cinturón. Se acercó a su compañero de viaje y le agradeció su colaboración. Cada uno de los otros equipos partió y en la cabeza del anteriormente llamado "La muerte que no ves" sonó la voz de uno de los mentalistas deseándole suerte. Agarró a su compañero de viaje por el brazo y comenzó a saltar. El modificado había dejado atrás la costumbre de contar los saltos en los viajes de larga distancia y en este tuvo la sensación de que tardaba más en llegar a un punto desde que pudiera ver el asalto de sus compañeros para iniciar su misión. Aunque su traje lo protegía de las inclemencias climáticas el frío finés le hizo maldecir la temperatura. Se despidió del modificado explosivo en cuanto vio iniciado el asalto por parte de sus compañeros y que los guardias de la torre empezaban a salir a enfrentarlos. Es una misión sencilla pensó J-7. Y en dos saltos llegó al destino.

La sala parecía vacía. Hasta que la vista del saltador alcanzó al tecnomodificado que la protegía. Ya tenía el PEM en la mano y procedió a activarlo. El tecnomodificado seguía en pie. J-7 volvió a pulsar el botón y no pasaba nada. Maldijo su pensamiento de que iba a ser una misión sencilla. El dispositivo se habría estropeado por el frío o por los desplazamientos y deseaba que el de sus compañeros no hubiera dado problemas. Se guardó el PEM en el bolsillo correspondiente y desenfundó el cuchillo que le había entregado su amigo en su lecho de muerte. No era su primer combate contra un tecnomodificado pero sí el primero siendo un uno contra uno. Sabía que tenía tiempo limitado antes de que el ordenador que llevan conectado al cerebro analizase y comprendiese sus técnicas de combate. Decidió ponerlo a prueba rodeándolo con unos saltos rápidos para confundirlo pero se mantenía sereno. Su brazo derecho metálico en modo puño esperando el momento de agarrar o golpear. El saltador sabía que un error y podría recibir un golpe fatal. Aunque ambos tuvieran habilidades físicas mejoradas el exoesqueleto del tecnomodificado lo hacía mucho más poderoso y rápido. J-5127 decidió amagar con un salto justo delante de su rival para aparecer de un salto detrás e intentar realizar un corte en la zona del chip de control. Sabía que podía causar daños neurológicos pero era mejor que matarlo. El tecnomodificado esquivó el corte en el último momento y se giró intentando golpear a su rival que se alejó de otro salto. El líder de los revolucionarios se estaba quedando sin opciones y su rival modificó el brazo derecho para que fuera el cañón que lanza la bola de fuego y electricidad que ejecutó a su amigo. Estaba en peligro, no se atrevería a utilizarlo si pudiera dañar los equipos de la habitación. Pensó en utilizar las habilidades explosivas de su compañero de viaje pero lo descartó al momento. Estaba ahí para salvar. Decidió volver a distraerlo con saltos alrededor mientras se planteaba algún ataque alternativo. El modificado se movió y disparó su cañón. J-7 no sabe como pero el golpe le impactó de lleno en el pecho y lo lanzó contra la pared. Había dañado su traje que había recibido la llama. Y sentía una migraña poderosa fruto de la descarga. El modificado avanzó hacia él y el saltador reunión sus fuerzas para saltar de manera evasiva detrás de él. Pero como si lo hubiera predicho lo que parecía un puñetazo al aire resultó un ataque planificado y en el momento del salto el modificado había lanzado otra bola ardiente a su rival que lo derribó. J-7 se encontró en el suelo boca abajo sangrando por la boca y oliendo parte de la carne de su pecho quemada. Estaba mareado y le dolían zonas de su cuerpo que no sabía que podían doler. Notó a sus espaldas los pasos de su rival. Le había vencido. Pensó en su amigo Bobby, en todas las personas a las que le estaba fallando y en todo el dolor que había vivido por el camino. Pensó en las personas que le perseguían en sueños. Notó como el tecnomodificado le agarraba de la ropa por la espalda. "Es tan arrogante como quien les dirigen... ¡Es tan arrogante como quien les dirige!"  y una sonrisa se dibujó en su boca tras ese pensamiento. J-7 agarró con todas sus fuerzas el cuchillo y saltó hacia arriba con su rival agarrado a él, saltó hasta que el frío parecía que los iba a congelar en el aire impulsando su cuerpo a girar en los dos últimos saltos. Con el giro realizó un corte en las zonas no metálicas del brazo de su rival lo que obligó a soltar a J-7 que saltó en dirección de vuelta mientras su rival lanzaba una tercera bola ardiente pero esta vez se perdía en el cielo finlandés. Pensó para sus adentros que hacía mucho tiempo que no hacía  aquello de "It's raining men" y llegó a la sala donde se produjo el combate. Estaba herido y volvió con tanta rapidez que aterrizó de manera brusca como cuando bajas varios escalones de un salto. Rezó mientras lo sacaba para que el otro dispositivo funcionara correctamente. Llegó al panel de control y lo conectó. Por fin una buena noticia. El conector de información estaba eliminando la radiofrecuencia que mantenía sumisos a los portadores del chip de control. J-7 estaba impaciente y avisó a través del pensamiento al mentalista que lo estaba vigilando que informaran a los de fuera que empezaran a alejarse. En cuanto todos los datos se borraron retiró al momento deseando que funcionara. Ni miró si se activaba la cuenta atrás y saltó fuera del edificio. Buscaba por todos lados y lo encontró a escasos metros del suelo. El que había sido su rival se precipitaba contra una muerte inminente. J-7 no lo podía permitir y saltó de manera brusca hasta un poco más abajo de donde se encontraba el tecnomodificado al que abrazó. Saltaron a donde se encontraba el modificado explosivo y el salto fue tan brusco que llegaron rodando por el suelo. E-7777 no entendía nada. Se preocupó por las heridas del líder del movimiento revolucionario. Pero este se levantó con mucho esfuerzo y le pidió a su aliado que ayudase al modificado que acababa de rescatar. A sus espaldas el edificio se derrumbaba y los modificados revolucionarios empezaban a celebrarlo. J-7 saltó dirección la base. Estaba perdiendo la consciencia tras cada salto pero se obligaba a dar un salto más. Cuando llegó a su destino estaba tan débil que simplemente se desplomó en el suelo. Entre la consciencia y el sueño mental apreció un grupo de gente que lo rodeaba nerviosa. De fondo parecían escucharse gritos de celebración. Puede que al resto le fuera bien. Ojalá les haya ido bien. Ojalá...


J-7 despertó sobresaltado. No le dolía el cuerpo. Miró hacia abajo y tenía vendado todo el tronco. Estaba en una cama de las del hospital de la base del movimiento revolucionario. ¿Habían salido las cosas bien? Un pensamiento le pasó por la mente y echó la mano a su espalda.


-Está en la mesita a tu derecha. - Amálie estaba sentado a su izquierda leyendo un libro. Parecía cansada como si estuviera sin dormir. J-7 miró el cuchillo en su funda y se lo colocó en su cintura, sin él se sentía desnudo. - Les dije que no te lo quitaran pero no podían hacerte las curas con todo el equipamiento puesto. Durante un momento incluso temieron porque no se pudiera hacer nada por ti.

-Amálie... ¿Están... Están todos bien?

-¿Crees que estaríamos así si no hubiera sido un éxito la misión? Eres importante para la revolución pero muchas veces me has dicho que tendría que seguir incluso sin ti. No hubo ninguna baja y a lo largo del mundo todos los modificados han sido liberados del control. Has estado tres días durmiendo y han pasado muchas cosas. Se ha descubierto la verdad y los modificados de tercera generación que tenemos por líderes están atrincherados en París esperando que nos sentemos a negociar con ellos. Hemos recibido informes a lo largo de todo el planeta de nuestros espías y cambiantes de que los liberados apoyan nuestra causa. Todos te están esperando, vas a tener que salir a hablar. Estamos cerca de que por fin se termine.

-Pero...

-Durante años fuiste el enemigo del mundo y ahora se sabe la verdad, es justo que aquellos que fueron tus enemigos y aquellos que te apoyan quieran saber que tienes que decir. Creo que puedes caminar, aunque tienes unas muletas esperándote si lo necesitas. Ponte la chaqueta que tienes a tus pies, es hora de cambiar el mundo.


J-7 hizo todo lo que le pidió su aliada. Sabía que no podría hacerla cambiar de opinión. No necesitó de las muletas para caminar. Mientras avanzaban hasta la sala de comunicaciones pudo observar las miradas de orgullo de sus compañeros revolucionarios. ¿Asique eso es lo que se siente cuando te consideran un héroe? Es difícil de creer que puedan ver eso en él. Cuando llegó a la sala de comunicaciones estaban allí un modificado feral y un no modificado que se encargaban de llevar las comunicaciones que no tienen que ver con los mentalistas. Les saludó y ellos se alistaron firmes como ante una autoridad militar. J-7 les pidió un minuto a solas. Le indicaron que en cuanto pulsara el botón verde que tenía delante comenzaría la retransmisión y que para finalizarla le diera al botón rojo. Estaba todo preparado y J-7 se colocó delante de la cámara.


-Ha sido un camino muy largo incluso para alguien como yo que puede recorrer largas distancias en segundos saltando. Si me preguntarais en que pienso, os diría que en todas las personas que ya no están. En todas esas vidas destruidas por la codicia de unos pocos. Si como dicen mis compañeros queremos un nuevo mundo tenemos que ser mejor que ellos y por eso aunque todavía no hemos empezado negociaciones con nadie sí que informo que no queremos que muera nadie más. Asique esos "inmortales" que ahora están temiendo por su vida quiero que sepan que no se destruirán más vidas si no nos obligan a ello. Para todas esas personas que han despertado de las cadenas que tenían quiero decirles que este nuevo mundo les necesita. Y para el resto de las personas que nos están viendo decirles que tenemos un nuevo enemigo: tenemos que luchar para que en nuestro avance no volvamos a cometer los mismos errores. Luchemos juntos.



Verano del año 2094. En algún lugar de Inglaterra. Por la tarde. J-7 se encuentra de pie ante una tumba. Es la tumba de Bobby que pidió ser enterrado en su tierra natal. A ambos lados de la tumba se encontraban dos bultos más pequeños como si se hubiera enterrado algo ahí también. El saltador había dejado unas flores sobre la tumba de su amigo que hacía bastante tiempo que no visitaba. Se sentó en el suelo y sonrió.


-Bobby disculpa que no haya venido antes pero estos meses han sido peores que cualquier momento de la guerra. Entiendo que el General prefiriera la guerra a las negociaciones. Horas y horas de gente hablando de condiciones y acuerdos para luego escuchar a otra persona durante horas diciendo que todas esas peticiones son injustas. Creo que hasta tú te volverías loco con toda tu paciencia. Las cosas han cambiado mucho por aquí. Ahora cada gobierno tiene un par de modificados entre sus miembros para vigilar que no se tomen medidas que excluyan a nuestra gente tras la guerra. Las cosas parecen bastante tranquilas y tenemos una red de comunicación de mentalistas que intenta controlar que así se mantengan durante mucho tiempo. He podido caminar por una calle con ropa normal y he ido a comprar pan a una panadería como una persona corriente. Y he podido estar con mi familia, con la de antes de que todo esto empezara. Tengo dos sobrinas de ocho y cuatro años que me levantan más dolor de cabeza que tú. Y los antiguos líderes están encarcelados, nada cruel; ya no hacemos así las cosas. Con el tiempo se verá como pueden contribuir a la sociedad. Y yo ahora mismo estoy cumpliendo nuestro sueño. Viajo por todo el mundo ayudando a las personas, escuchando que necesitan y viendo como se puede mejorar cada territorio. Es algo más grande de lo que planeábamos pero creo que puedo ayudar. Intentaré volver a visitarte la próxima semana. Amálie me dice que intente descansar un poco de tanto viaje pero creo que solo está celosa de que dedique un día a la semana a estar con "mis amigotes". Te caería bien, es capaz de que quiera hablar. Tengo que irme amigo, en una hora tengo una reunión en la India y me gustaría llegar pronto para ver como están las cosas por allí. Por cierto, te devuelvo tu cuchillo y te dejo de regalo el mío. Este mundo ya no los necesita. Casi se me olvida, tenías razón. Podemos hacer mucho bien.

lunes, 30 de septiembre de 2024

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                             Primavera del año 2088. Base militar de Postdam. Al atardecer. Tras diez años en de batallas al este y al oeste la alianza entre Europa y Rusia ha vencido gracias a los modificados la primera guerra mundial tras la deshabilitación de las armas de destrucción masiva. Los primeros en caer fueron los gobiernos de Asia y Oceanía que en el año 2083 entregaban sus puestos de mando a los líderes de Rusia tras ser avasallados por modificados de primera generación. América ofreció mayor resistencia pero en 2087 apenas quedaban unos pocos territorios sin ser ocupados por tropas europeas. Mientras los derrotados intentaban resistir, la alianza del viejo mundo siguió avanzando en sus investigaciones y llegaron dos nuevos tipos de modificados: los modificados de tercera generación que no enfermaban y no envejecían y que se convirtieron en la ofrenda perfecta para los poderes económicos de los territorios conquistados y los tecnomodificados, equipados con un exoesqueleto que les otorga mayor velocidad y fuerza, un microordenador implantado en el córtex cerebral y nanotecnología en el brazo derecho que permitía a los soldados convertir su brazo en una espada o un arma que lanza unos proyectiles que queman y electrocuta al enemigo. Estos modificados equipados con tecnología se dedicaron principalmente a proteger los territorios eurorrusos y supusieron la última gran victoria de los científicos eurorrusos ya que todos podían llevar implantado el chip de control. En el invierno del año 2087 se firmó un nuevo tratado de paz mundial en una reunión que presidían los representantes tanto de Europa como de Rusia. En ella se acordaba otorgar el control de ciertos territorios e infraestructuras a los gobiernos de Europa y Rusia. Como compensación, se les aplicará a ciertas figuras importantes de los territorios conquistados modificaciones de tercera generación. Todas las partes parecían contentas del fin de la guerra. Una guerra en la que el modificado J-5127 se labró una gran reputación siendo fundamental en gran parte de las victorias de su bando. Su tropa se encontró victoriosa en tantas ocasiones que muchos modificados querían formar parte de él. J-7 fue renombrado como "La muerte que no ves" por los otros soldados por todas las bajas que causó en el ejercito enemigo. De la firma del contrato habían pasado meses y tanto el líder del equipo de asalto como su amigo J-7215 el líder del equipo equipo de transporte se encontraban en Postdam, en uno de los barracones para modificados. Sentados en el techo contemplaban como se iba poniendo el sol el día antes de que les llevasen a Berlín para la celebración de sus victorias. Una celebración donde irían todos los modificados que se encontraban en ese instante en Postdam y que recibirían medallas al mérito en combate. Los amigos habían sobrevivido a diez años en territorio enemigo y además habían resultado victoriosos.


-Todavía no me creo que se haya acabado. Ya cuento las horas para volver a la vida normal, ¿qué hará cuando esto acabe "La muerte que no ves"?

-Sabes que no me gusta ese nombre. ¿Qué haré? Es una buena pregunta, después de todo lo que hemos pasado no creo que mi familia me reconozca. Pero si algo sí que quiero es dejar atrás esta vida y en especial al sobrenombre de "La muerte que no ves".

-¿Te acuerdas de hace diez años? Nuestra primera misión. Aquel día te cobraste tu primera vida y por primera vez cantaste "It's raining men". Yo he sido el que ha visto todo desde fuera, llevando los refuerzos y trasladando a los heridos. Aunque lo tengo desde el primer día mi cuchillo no ha tocado carne humana. ¿Qué se siente? - J-7 miró al cielo y suspiró.

-¿Sabes la sensación de libertad de saltar? ¿Ese momento donde no estás en ninguna parte justo antes de aparecer en el lugar del salto? Durante un instante no estamos en ninguna parte. Aquel día eso cambió para mi, con cada cadáver ese espacio que antes estaba vacío ahora se sentía ocupado. Como si todas esas personas me persiguieran y fuera ese lugar y ese momento donde están a punto de alcanzarme. Ese peso, esa sensación me persigue desde aquel día. Y escuchándote pienso en que me gustaría poder salvar o que mi cuchillo no hubiera tocado carne humana. - El modificado se tapó la cara con ambas manos. Decir por primera vez esas palabras en alto era liberador y doloroso. - Si vuelvo a casa... ¿Me verán a mi o a ¨La muerte que no ves"?

-Parece que la respuesta está clara amigo. - J-5127 se descubrió la cara y miró a su amigo deseando que resolviera la respuesta a todos sus miedos. - Cuando todo esto termine podemos ayudar a la gente, al final este don que tenemos sirve para muchas cosas, te puedo entrenar para que te manejes mejor en el transporte de cargas. Podemos hacer mucho bien, la guerra de esta gente no tiene que definirnos. - Pasó el brazo por encima del hombro de su amigo y compañero. - No debiste guardarte todo esto para ti durante tanto tiempo.


Los compañeros pasaron un rato más hablando de su futuro mientras el la noche caía. Tras eso se despidieron y de un salto cada uno se fue a su cuarto. J-5127 dormía sin apenas ropa pero con su cuchillo de combate. Era un hábito que adquirió durante la guerra y le había dado bastantes alegrías. El modificado se tumbó en su catre y no tardó ni un minuto en quedarse dormido. Su último pensamiento fue la esperanza del mañana que había estado dibujando en el techo del barracón. Durante un rato soñó. Era un sueño plácido. Un sueño que se vio interrumpido por una voz. Una voz que le sonaba de algo. Le llamaba capitán y le decía que estaba en peligro, que habían escapado y que iban a por ellos. Repetía una palabra todo el rato: traición. J-7 no entendía nada y antes de que pudiera entenderlo esa voz le gritó "¡Despierta!" y el soldado despertó asustado como en una pesadilla. Se sintió idiota por asustarse por una simple pesadilla. Y escuchó un ruido que provenía de fuera del barracón. Saltó hasta el techo del mismo y en medio de la oscuridad había llamas. ¿Les estaban atacando? No se podía ver nada en medio de la noche y pensó en su amigo. Saltó directo a su cuarto, todavía dormía. Lo despertó tapando su boca para que no hiciese ningún ruido que pudiese advertir a los posibles enemigos. Le susurró que podía estar atacándoles que sacase a todos los que pudiese de aquí y los dirigiera al monte. Bobby le quería decir algo pero J-7 saltó antes de que pudiese decir nada. El líder del escuadrón de asalto en su cuarto se colocó sus ropas de combate, le camuflarían en la noche. Decidió salir caminando por su propio pie del barracón, quizás los enemigos esperaban a un saltador. Mientras caminaba vio a J-7215 indicando a sus compañeros las órdenes, algunos se pensaban que era una especie de broma pero aun así obedecían sin rechistar. "La muerte que no ves" tendrá una última misión pensó J-7 mientras abría la puerta con calma. Al salir se encontró a uno de sus hombres herido en el suelo, se acercó para comprobar su estado. Muerto. Le rompieron el cuello. Miró a su alrededor y no parecía haber nadie capaz de eso. Se movió en círculos intentando poder descubrir al culpable. Al poco apareció ante él uno de sus escoltas, un tecnomodificado que hacía de guardián del barracón hasta que mañana vinieran a recogerlos. Parecía estar intacto, le iba a preguntar si sabía que estaba pasando pero el guardián le apuntó con su brazo derecho transformado en cañón. Lo entendió todo. Traición. Se quedó congelado. Con el disparo sintió como algo lo golpeaba y cayó de espaldas al suelo. Le dolía menos de lo que se esperaba y al abrir los ojos lo comprendió. Sobre él estaba el cuerpo de su amigo que había bloqueado el impacto. Estaba muy malherido, todo el torso quemado y sangraba por la boca, nariz y uno de sus oídos. Se estaba muriendo. Su amigo se estaba muriendo. Lo abrazó y saltó con él al bosque al otro lado del río y se encontraban la mayoría de sus hombres. Volvió a mirar sus heridas y la furia invadió su cuerpo. Venganza. Colocó a su amigo con delicadeza sobre el césped. Se levantó pensando en las órdenes y el plan para devolver este ataque. Algo tiró de su pantalón. Era Bobby que apenas podía respirar.


-No vayas. La mayoría hemos escapado. - Tosió y la mano con la que se tapaba la boca se llenó de sangre. - Por favor, siéntate a mi lado. - J-5127 tuvo que tragarse toda su rabia para acceder a la petición de su amigo pero no quería negarle su última voluntad y se sentó. J-7215 sacó de su espalda la funda de su cuchillo de combate con el cuchillo y la colocó sobre el regazo de su compañero. - Ya no tienes que seguir siendo "La muerte que no ves". Este cuchillo se ha usado para salvar... Para salvar a personas. Ahora es tuyo, puedes salvar a los nuestros. Al resto. A los que queden por ahí. No tienes que volver a matar, ese espacio que se llenó de tus víctimas vacíalo con cada persona a la que salves. ¿Te acuerdas de nuestra primera misión? Aquel día me dejaste una deuda de vida contigo, ahora estamos en paz.


El capitán del equipo de asalto no fue capaz de responder a las últimas palabras de su amigo. El olor a carne quemada sería insoportable pero no parecía nada al lado del dolor que sentía por la pérdida. El resto de los hombres permanecían en silencio cabizbajos. Se había ido un gran hombre. J-7 solo podía mirar el cuchillo que había heredado. Alguien pensaba que podía ser algo más. Distinto. Y ahora ya no estaba. Aquellos por los que lucharon les habían traicionado. Un grito desgarró la noche en medio del bosque de Postdam. Unas lágrimas se derramaron sobre un cuerpo inerte. El soldado se odió por creer que la guerra había acabado cuando en realidad acababa de comenzar.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

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                             Nadie pensó que terminar con lo que parecía ser el fin de la humanidad sería el verdadero final para la humanidad tal y como la conocemos. En el año 2063 y tras la escalada de represalias entre las distintas potencias militares mundiales se llegó a un tratado internacional nunca visto. Dos años más tarde todas las naciones del mundo habían desarmado todo el armamento nuclear y cualquier tipo de misil que pudiera suponer el inicio de una escalada de destrucción que erradicara la humanidad. ¿Significaba eso el fin de las guerras del mundo? Por supuesto que no. Mientras el tratado firmado en Nueva York se desarrollaba las distintas potencias militares desarrollaban alianzas y nuevas estrategias. Al mismo tiempo que sobre la mesa había un tratado que supondría el fin de las guerras en el mundo, bajo la misma cada territorio se desarrollaba de cara a ganar la que parecía una tercera guerra mundial en ciernes. 

En América se produjo una alianza sin precedentes entre el norte, el centro y el sur. El desarrollo de entrenamientos militares y armas de fuego fue el foco central de sus preparativos. Rifles de francotirador con un alcance mayor que cambió la mirilla por radares y soldados mejor entrenados. No tenían misiles pero tenían una bala para cada uno de sus enemigos. Crearon el conocido muro americano en las costas que rodean el continente. Asaltar el continente por mar o aire a una distancia identificable por radar haría que una lluvia de balas arruinara tu viaje no aprobado por el gobierno continental. Cada rifle era capaz de perforar un avión de combate a su alcance o convertir en carne picada a un humano.

Asia y Oceanía pensaron que la cantidad es más importante que la calidad y siguiendo los pasos de uno de los países más controvertidos de la alianza como era Corea del Norte convirtieron a todos los ciudadanos en posibles soldados. Entrenamiento militar obligatorio para toda la población. Mujeres y hombres por igual convertidos en armas al servicio de la asociación gubernamental a partir de los 16 años. La propaganda militarista avivó el fervor popular y el patriotismo. Cada territorio de Asia y Oceanía se sintieron protegidos ante la llamada revolución patriótica.

Mientras sus rivales tomaban estrategias defensivas Europa firmó un armisticio con Rusia que llevó a ambos territorios a formar uno solo. Esta unión trajo consigo una gran revolución militar. Ambas potencias decidieron recuperar la investigación con humanos iniciada en la Segunda Guerra Mundial y con ella cambiar el rumbo de como se producirían las guerras en el futuro. De estas investigaciones en conjunto llegaron "los modificados", humanos alterados genéticamente para tener capacidades superiores. Fue el gran movimiento militar del siglo XXI. En el año 2095 la primera generación de modificados asimiló bajo conquista militar el continente africano que había permanecido neutral a los movimientos militares del resto del mundo. Esta primera generación de supersoldados tenían un físico imponente, su piel era resistente a las armas tradicionales, su fuerza era capaz de derribar vehículos con facilidad y aunque sus capacidades cognitivas se veían algo mermadas su manejo de armas de fuego era suficiente para convertirse en el martillo con el que Europa y Rusia golpearon por primera vez. Pero la alianza sabía que necesitaría otro tipo de soldados para sus otros dos rivales, si con África había bastado un martillo para los siguientes necesitarían un escalpelo. África fue fundamental para ello, además de los soldados voluntarios europeos o rusos, se sometían a experimentos a la población del continente africano. Y si a la primera generación se les llamaron los Berserkers por su violencia en combate, la segunda generación trajo consigo cinco tipos de nuevos soldados: los ferales humanos con los sentidos mejorados y con una fuerza y velocidad superior a la de un humano normal; los mentalistas capaces de leer la mente de toda persona a su alrededor, hablarte a través del pensamiento y que en unión se convierten en radares humanos con un radio de alcance superior al del electrónico; los cambiantes que al contacto con cualquier cosa orgánica son capaces de adquirir su aspecto y sus capacidades; los saltadores con una capacidad de teletransporte y los explosivos que eran humanos con la capacidad de convertir su cuerpo en una bomba. Para someter a esos soldados esclavos también se crearon los "chips de control", un implante cibernético en la nuca del sujeto que servían para someterlo a los designios de su superior más cercano. Se construyeron cinco torres de emisión en cinco puntos del territorio europeo que mantenía en funcionamiento la estructura de esta tecnología de control a lo largo de todo el planeta. Esta tecnología se aplicó en aquellos soldados que se consideraron poco colaborativos con la causa eurorrusa. 

Verano del año 2078. Base militar de Lisboa. Al amanecer. Allí un alto mando militar observaba con detenimiento a dos tropas de modificados del tipo saltador. Tras el éxito de la primera generación de modificados en la conquista del continente asiático, era el momento poner a prueba la nueva fuerza militar de la alianza entre Europa y Rusia. Si la primera generación era un ariete que derribaba las defensas enemigas, la segunda estaba considerada un bisturí para misiones más complicadas. El militar de más rango escrutaba a los dos pelotones, cada líder de pelotón estaba al frente nerviosos ante la que sería su primera misión militar. Hoy se internarían en territorio americano para engrosar las conquistas de la alianza eurorrusa también al otro lado del océano Atlántico. 


-Capitán del equipo de asalto J-5127, usted y su pelotón han sido entrenados para esta misión. Conocen los peligros que tiene y como resolverlos con facilidad. Hoy llevarán la primera victoria a territorio americano a nuestra gran alianza continental. En breves saldrán de aquí en formación y realizarán sus saltos espaciales dirección la base militar de Florida. Allí nuestros cambiantes infiltrados deberían haber neutralizado a los dos francotiradores encargados de proteger ese territorio pero en caso de que su misión falle deberán realizar sus saltos de manera no lineal para evitar las posibles represalias defensivas del enemigo. Cuando alcancen allí su equipo como han practicado se dividirá para tomar la base enemiga y en caso de ser posible conseguir al menos un rehén al que se le pueda extraer información. Esta misión tiene que realizarse lo más rápido posible evitando así que el enemigo se pueda poner en contacto con sus aliados. Alrededor de una hora más tarde, el equipo de transporte llegará con los mentalistas y los ferales para mantener el territorio protegido. Capitán del equipo de transporte J-7215 en media hora llegarán el resto de hombres que tendrán que transportar en su misión. Es importante que en cuanto establezcan la base se organicen bien los turnos de los mentalistas para que se tengan controladas las posibles represalias enemigas. Tienen todos ustedes una misión y han recibido el entrenamiento y las herramientas para completarlo, solo el éxito será permitido. Su suerte será la de nuestra gran alianza. Prepárense.


J-5127 miró a su compañero J-7215 buscando su complicidad y la encontró. Desde el inicio del entrenamiento como saltadores la casualidad de que su código numérico fuera el mismo pero inverso les hizo acercarse en el que era el inicio de una gran amistad. Ambos habían logrado medrar dentro de las tropas de saltadores por sus grandes dotes. Mientras que J-5127 era veloz y era alcanzar desplazamientos espaciales de hasta quinientos metros de distancia, su compañero J-7215 era capaz de desplazar la mayor cantidad de carga en largas distancias. Ambos decidieron al llegar al puesto de capitán no utilizar los nombres que le habían asignado los altos cargos ni entre ellos ni con sus hombres y J-5127 decidió renombrarse como J-7 y J-7215 recuperar su nombre de su vida anterior y volver a ser Bobby. Esta sería su primera misión pero estaban convencidos que no sería la última. J-7 indicó a sus tropas que se colocasen en formación mientras Bobby les indicaba a los suyos que podían descansar hasta que llegase el resto de los refuerzos. J-7 respiró profundo e intentó serenar la excitación frente a la misión. Para él saltar ya era como caminar o respirar, un acto que ya realizaba de manera automática y que solo precisaba de mayor concentración cuando requería cierto grado de precisión. Había sido entrenado no solo en desplazamientos sino en combate utilizando su habilidad de teletransporte. Durante las pruebas con los primeros saltadores se comprobó que durante el salto el tiempo parecía plegarse para el desplazado en el espacio, este pliegue permitía que el saltador pudiese aplicar inercia al movimiento de su cuerpo en el lugar de aparición, hablando claro: un saltador podría golpear a sus rivales con mayor fuerza aprovechando la inercia generada por el propio desplazamiento espacial. Esto convertía a los saltadores en una especie de ninjas capaces de aparecer en un instante donde sus rivales y asestar un golpe letal.

Con una orden de J-7 el equipo de asalto desapareció de la base militar para adentrarse sobre el océano. El equipo de asalto se movía como por arte de magia, en un instante los tenías delante y en menos de lo que dura un parpadeo estaban a centenares de metros de distancia. Tras cada salto, J-7 comprueba que el equipo de asalto intente mantener la formación de la mejor manera posible. Iban equipados con un traje especial que se adaptaba a las distintas temperaturas para que no pasaran frío en el viaje transoceánico además de aportar camuflaje en la oscuridad de la noche y un cuchillo militar en su funda capaz de atravesar incluso kevlar aplicando la fuerza necesaria. Debido a la particularidad de sus capacidades no era necesario incorporar en el equipo una pistola u otro tipo de arma de fuego. El líder comprobó que ya habían alcanzado la parte del viaje donde podrían ser detectados por los francotiradores americanos. Esta parte del viaje era una mezcla entre fe en que los compañeros infiltrados en la base enemiga que en caso de fallar su misión tendrían que confiar en el teletransporte no directo y la suerte para no ser abatidos. Tras varios saltos no parecían estar siendo atacados y eso aumentó su confianza en la misión. En unos minutos llegarían al destino y allí empezaría la parte difícil pero él y sus hombres estaban preparados.

Cuando el equipo de asalto alcanzó territorio enemigo dos de sus miembros tomaron otro rumbo siguiendo el plan. Cada uno de los saltadores se desplazó dirección los búnkeres del francotirador, allí deberían encontrarse a un cambiante que debería tener apresado al tirador enemigo. Los nueve modificados restantes se desplazaron a la suficiente altura para no ser vistos hacia la base enemiga. Desde los cielos J-7 comprobó que había dos vigilantes en la entrada e indicó a dos miembros del equipo que los finiquitaran. Ambos saltaron en dirección a sus enemigos y rasgaron sus cuellos desde atrás mientras les tapaban la boca para que no pudieran avisar al resto de la base. Ya reunidos de nuevo en la entrada el líder del pelotón mantuvo a uno de sus tropas en el exterior vigilando desde las alturas por si ocurría algo o se aproximaba alguien, en caso de que eso pasara tendría que eliminarlo. Los otros ocho hombres entraron en la base y con sigilo se fueron dividiendo por sus pasillos conocedores de la misión que tenían. J-5127 tenía que ir a la sala de comunicaciones, era la parte del plan más delicada porque exigía mucha velocidad. Por el camino tuvo suerte y no se topó con ningún soldado enemigo. El ataque se planeó para la noche teniendo en cuenta que habría menos guardia. Llegó a la sala de comunicaciones y allí se encontraban tres enemigos. Antes de que lo percibieran en la sala saltó para alcanzar a uno de ellos y en cuanto lo agarró saltó lo máximo que pudo en dirección vertical, soltó al soldado y volvió a la sala donde se encontró a los dos enemigos preguntándose si se había ido su compañero al baño. En cuanto vieron a J-7 aparecer de la nada se pusieron en alerta pero no tuvieron tiempo a reaccionar porque el saltador había repetido la jugada que había hecho con el anterior. Para cuando volvió a la sala el soldado enemigo estaba de pie con su arma en la mano pero el modificado apareció en un pestañeo a sus espaldas y le colocó el cuchillo alrededor del cuello. El soldado soltó el arma. Fuera del edificio se empezó a escuchar ruido. "It's raining men" le dijo J-7 al oído a su rival mientras los compañeros de su rehén empezaban a caer alrededor del edificio en el que se encontraban. El hombre temblaba ante el poder del equipo de asalto. Uno de la tropa apareció para informar de que habían tomado la base sin problemas y sin bajas. J-7 le indicó que preparasen todo para cuando llegaran sus otros compañeros. Había que atar a los rehenes fuera para que el equipo de transporte se los lleve a la base de Lisboa y mantener en funcionamiento la base para que no sospechen de que ha sido tomada.

El equipo de transporte llegó según lo planeado. Cada uno de los saltadores llevaba una mochila con armas o herramientas que necesitarían para mantener la base y a dos modificados de distintas variedades. El líder del pelotón J-7215 transportaba a dos mentalistas. J-7 caminaba a recibirlo cuando pudo observar como uno de los rehenes se soltaba y corría hacia uno de los cadáveres de sus compañeros y recuperaba el arma apuntando a los recién llegados. J-7 por instinto saltó hasta su amigo y sacando fuerzas de donde no podía los transportó fuera de la dirección de la pistola enemiga. Otro desplazamiento espacial lo llevó a donde estaba su enemigo tras disparar al aire y aprovechando la inercia del salto lo desarmó de una patada. Mandó a sus hombres que lo atasen bien esta vez y sintió una punzada de dolor en su cabeza. Estaba sangrando por la nariz, él no estaba entrenado para el transporte y había sido demasiado esfuerzo. Caminó hasta su compañero que estaba comprobando que no se produjeron daños dentro de las filas del equipo de transporte.

-Bobby bienvenido. - Se chocaron las manos. - Me debes una por lo de antes, me va a doler la cabeza toda la semana. Vamos a poner este lugar en marcha. Primera victoria.