miércoles, 26 de octubre de 2011

Decisiones

Separé el cigarrillo de mis labios. ¿Qué cojones hacía fumando? No se fumar, me atraganto con cada calada y lo peor de todo: Odio el tabaco, odio el humo y odio el decoloramiento de dientes y dedos que te proboca fumar. El alcohol y la vida me idiotizan hasta el punto de estar fumando sin ningún motivo. ¿Hacen falta motivos para fumar? Miro el cigarro que tengo entre mis dedos y asqueado lo tiro al suelo del bar. Me bajo del taburete y lo apago pisándolo. El alcohol me está volviendo idiota, me despido de mis ensoñaciones y vuelvo a concentrar en mi entorno. Allí seguía la cerveza y mis dos acompañantes. Saúl y Bárbara, ¡qué pareja tan adorable! Buena gente, no te hacen sentir en ningún momento el tercero en discordia a pesar de que yo lo estaba siendo. Ellos apenas bebían y por eso yo solo iba con cervezas esta noche mientras conversábamos sobre lo acontecido durante la semana.

Se nos hizo tarde hablando y decidimos levantar campamento. Llevaba una buena cantidad de cervezas y me notaba ciertamente aturdido, no como para cojer otro cigarrillo del camarero, pero lo suficiente como para pensar con mayor lentitud. Decidí caminar un poco del camino de vuelta con la parejita para que se me despejara la mente. Una tranquila noche de viernes, era la buena vida. Ellos no parecían nada incómodos ante mi presencia y mis historietas que se renuevan cada semana. Suena mi teléfono.
 
-¿Quién es?

-¿Me vienes a buscar?-Era la voz de una mujer y la reconocí al instante, Lorena.
-¿Sabes la hora qué es?

-¿Me vienes a buscar? Te lo pido por favor.
-¿Dónde estás?-Ya sabía la respuesta, se escuchaba la música de fondo y posiblemente estuviera en la zona de las discotecas, no demasiado lejos, pero lo suficiente como para que se me quitaran las pocas ganas que tenía de verla.
-Ya sabes donde estoy. Ven a buscarme.

-Creo que no, me voy a mi jodida casa.
-¡Espera! ¡Espera! ¡No cuelgues!-Colgué. Estaba cansado de ella y de su juego, nunca me gustó, pero cuanto mayor parecía mi desprecio más su interés en conseguirme. Soy un débil y más con las mujeres y en ocasiones le daba una pequeña concesión. En cierto modo me doy asco por mi comportamiento. Vuelve a sonar el teléfono, es de nuevo ella, cuelgo. Se repite la llamada y cojo.-¿Dónde estás tú?
-De camino a mi casa.
-Estoy con tacones... Por favor...
-Creo que me iré a dormir.
-Te voy a buscar, espérame.
-Te espero en diez minutos en donde nos conocímos.
-Gracias.-Colgué. Mis amigos estuvieron observando el espectáculo anonadados. Conocían a a Lorena, sabían lo que había pero no llegaban a entender su resistencia a la hora de aguantarme. Bárbara iba a empezar con la arenga.
-Rober tio, la tratas fatal. No es gran cosa, pero no se si te has pasado de gilipollas o con la bebida.
-Su voz me taladra el cerebro, no tengo ganas de escucharla y todas las noches que bebe tengo que soportar sus mamonadas, ¡qué se busque un novio!-Me estaba calentando y ellos no tenían la culpa, les miré intentando dibujar una sonrisa de confianza en mi cara.-Lo siento, esto no va con vosotros, voy a terminar esto de una vez. Cuidaos.-Nos despedimos con un abrazo y Bárbara acompañó el beso de despedida con una advertencia de que me portara bien.-¿Cuándo he sido yo malo?

Caminé hasta el lugar donde había acordado el encuentro. Tenía dos cosas importantes a mi favor, me quedaba de camino a casa y hay sitios donde sentarse. Llegué dos minutos antes y me senté en uno de los bancos iluminados, para que me viera con claridad. ¿Qué estaba haciendo? No quiero estar ahí, tenía que estar con mis amigos o durmiendo en mi casa. Antes de que pudiera levantarme e irme allí estaba ella, venía acelerada, no le había dado demasiado tiempo y no tenía mucho estilo con los tacones. Se sentó a mi lado, intentó besarme pero solo consiguió un beso en la mejilla. Le apestaba el aliento a ron.


-¿Qué te pasa? ¿No te gusto?
-Me iba a dormir.
-Estás muy borde.
-Amo el arte de dormir.
-¿Y a mi?
-Prefiero la cama.-Me cojió la cabeza con ambas manos y me besó. No podía escapar, pero tampoco iba a facilitarle nada, ella lo notó y se apartó.
-¿Te pasa algo?
-¿Qué es lo que quieres?
-Solo quería verte, no es tan complicado... Dame un besito.
-Estás borracha.
-Tú sabes a cerveza.
-Esto no tiene sentido, me voy.-Volvió a repetir la jugada del beso, pero esta vez sin la agresividad de la vez anterior. Con una dulzura inesperada. Bárbara me lo había dicho, tengo que dejar de ser tan cabrón, la besé.
Ella se entregó por completa con el beso y yo me dejé llevar. De pronto, noté como alguien se sentaba sobre mi y empezaba a besarme el cuello, sobresaltado abrí un ojo. Era una mujer y bastante atractiva. No entendía nada.
-Robertito, Robertito. ¿Eres el famoso Robertito?
-¡Marta joder! ¡Déjalo en paz! Te dije que no vinieras.
-¿Qué pasa aquí?
-Es mi amiga Marta, está borracha y vino conmigo.-Ella seguía sentada
en mi regazo, borracha y con una sonrisa juguetona. No estaba seguro de que realmente me deseara, pero yo la empecé a desear a ella. La besé ante la mirada atónita de Lorena. Fue un buen beso. Me separé y besé a Lorena, parecía dolida pero no se resistió.
-Chicas, me voy a dormir. Hasta la próxima.

Marta se incorporó y dejó que me levantara. Ambas no parecían creerse que me fuera a largar de verdad. Yo había tenido suficiente, no podía aguantar más. Ellas permanecieron mirándome sentadas desde el banco mientras me marchaba, ¿esperaban que fuera una broma? Continué caminando y me despedí agitando la mano sin mirar atrás. Esa noche dormí genial. No las volví a ver.

viernes, 21 de octubre de 2011

Canción para tres

Estudiar y ahorrar dinero durante todo el año dió sus frutos. Ahí me encontraba, en la terraza de un hotel esperando a Toni mientras miraba el mar. En mi tierra hay playas, pero este clima tan bueno ni en sueños. ¡Qué tranquilidad se respira! Tercer día de la semana entera que tenemos. El hotel tiene de todo, bar, restaurante, karaoke, piscina; nuestra habitación tiene un mueble bar que he decidido no tocar aunque tengamos todo pago. No hemos salido de noche y tampoco he dado señales de vida en casa, seguro que piensan que es buena señal. Esto es la buena vida, una tumbona, esta temperatura, un combinado de frutas y grandes dosis de tranquilidad. No podría estar mejor. Me voy a tomar un rato más mientras mi compañero no vuelve, esta noche me dijo que deberíamos salir, habrá que salir.

Estaba ya mirando entre mis prendas para la noche y aparece Toni alterado. Que ha visto muchas chicas en la playa, que son todas muy atractivas. Toni la bebida y las mujeres te matarían si no estuviera contigo. Le digo que primero nos arreglaremos, luego iremos a cenar y ya nos vamos al bar del hotel y ahí empezará la fiesta. Como le conozco empecé yo primero con el ritual de prepararse. Me afeité, un pequeño corte en el lado derecho de la cara, pero nada grave y a la ducha. Me pongo algo sencillo, una camisa blanca, unos vaqueros y unos zapatos, clásico y elegante; no me hace falta más. Me tumbo en la cama y enciendo la televisión mientras la princesita se acicala. En el cuarto radicaba el único problema de la habitación, las dos camas estaban en la misma habitación, Toni parecía disgustado por ello, a mi no me importó demasiado, ya le dije que no tendría problema en irme a caminar por la playa si sus dotes seductoras le obligaran a traer a una mujer al cuarto.

Pasaron tres cuartos de hora cuando Toni salió del cuarto de baño, con un fuerte olor a perfume, una americana, una camisa abierta, vaqueros y zapatos. El chico tenía estilo, pero yo siempre le jodía diciéndole que la belleza la tengo yo. Esta noche no quise molestarle y le felicité y le apremuré para irnos a cenar. Cuando llegamos al comedor del hotel ya había bastante gente cenando. Me fijé que la mayoría de la gente eran jóvenes como nosotros o grupos de parejas de ancianos, se nota que es una zona turística. Nos sentamos en una mesa y pedimos, yo pasé directo al segundo y me pedí un buen chuletón con guarnición de patatas y para beber agua, Toni se pidió lo mismo pero ya empezó con cervezas durante la cena. La comida era buena y decidimos que nos recomendaran el postre, fue una especie de trozo de tarta con un sabor dulzón que me llenó todo el paladar. Toni ya llevaba cuatro cervezas cuando terminábamos de conversar durante la comida y decidió que nos fueramos al bar.

El bar era un lugar bastante acojedor, una barra muy larga con varios barmans, muchas mesas colocadas en posición al escenario donde estaba el karaoke. Desde la barra apenas se escuchaba a la gente cantar, pero si la música, decidimos ponernos en la barra. Toni empezó a darle duro al vodka con tónica y yo preferí que me pusieran de esos combinados de frutas sin alcohol. Lo estábamos pasando bien, viendo el énfasis que le ponían algunos cantando y conversando de muchas de nuestras anécdotas, estaba siendo una buena velada. Había cerca nuestro un grupo de tres chicas y Toni decidió acercarse, al rato volvía con ellas y me las presentaba.


-Patri, Raquel y... ¿Laura?
-Si, Laura.-Dijo la tercera, era bastante mona, rubia y unos cabellos muy largos y unos ojos castallos muy grandes. Patri era rubia, en cambio tenía el pelo corto, le quedaba bien; ojos azules y unas piernas muy largas. Raquel era la única morena, tenía el pelo casi tan largo como Laura y era la única que no llevaba falda de las tres.-¿Y tu amigo es...?
-Rober.-Me anticipé a decir.-Compañero y socio de Toni, nuestro anfitrión de esta noche.
-Teneís un acento muy mono.-Dijo Patri. Se sentaron de manera que estaba rodeado por Patri y Laura y esta estaba al lado de Raquel que tenía izquierda a Toni que parecía haberse fijado en la morena.
-Nos lo dicen mucho, ¿a qué si Rober?
-No tanto. Pero es llamativo cuanto menos, si.
-¿Qué hacen dos chicos de tan al norte por aquí?-Patri volvió a preguntar mirándome a los ojos, en ese momento pensé que su curiosidad no iba a tener límites. 

-Viaje de placer, Rober y yo nos hemos pegado un año muy jodido para llegar a donde estamos ahora mismo.
-Sereís unos chicos muy trabajadores entonces.-Raquel le respondió con cierto tono pícaro. Me parecía casi magia que Toni hubiera pescado tan pronto.
-¿Qué bebes?-Por fin dijo algo Laura, se refería a mi exótica bebida multicolor sin alcohol. 

-Combinado de frutas, muy sano.
-¿Sin alcohol?
-Muy sano.
-¿Eres marica?
-Creo que solo soy muy sano. Deberías probarlo.-Pusieron cara de no entenderme y se pidieron bebidas con alcohol, no me interesó demasiado, cuando ya tenían sus copas continué.-Estas vitaminas me convertirán en el jodido Rey del karaoke.
-No creo que seas ni capaz de subir.-Patri parecía dispuesta a retarme y Laura también parecía metida en el ajo mientras Toni y Raquel mantenían una conversación privada.
-Me atrevo con cualquier cosa y realmente os deleitaría.
-¡Venga! ¡Demuéstralo!-Ambas se pusieron de acuerdo para retarme. No podía acojonarme ahora.-¿No es para eso el zumito?
-¡Ahora vereís! Preparaos para aplaudir...

Me levanté aun con mi tercer combinado de frutas en la mano y me dirigí directamente a hacer una petición de una canción, pedí cualquiera en inglés, la primera que se le ocurriera. Era el siguiente el subir y ya me quedé cerca del escenario mientras las tres chicas y Toni me miraban espectantes. ¡Les iba a callar! Estaba preparado, un poco nervioso, ahora si que podría venirme bien una copa, pero borré esa idea de la mente cuando dijeron mi nombre. Subí convencido y alcé mi bebida multicolor hacia mis acompañantes mientras empezaba a sonar la música. ¿Qué canción era esa? No la conocía, estaba bien jodido, menos mal que había un par de pantallas con la letra. Iba a tocar improvisar, di un trago y comencé el recital, parecía que iba bien de ritmo, poca gente parecía conocer la canción y eso hizo que me dejara llevar, nadie podría recriminarme por una canción que no conocían. Mi pronunciación habría conseguido que la que fuera mi profesora de inglés consiguiera una orden de detención y lapidación contra mi por destrozar el idioma de Shakespeare, pero yo estaba disfrutando y por lo que podía ver a la gente no le disgustaba del todo. Terminó la canción, me permití el lujo de despedirme agradeciendo al público su comportamiento y me volví convencido a la barra con lo poco que me quedaba de mi bebida.

-¿Impresionadas chicas?
-Oye, no lo haces nada mal.-Patri me sonreía mientras decía eso y antes de que dijera nada fue cortada por Laura.
-La verdad es que tu inglés me ha impresionado, esa bebida parece que funciona.-Ambas parecían contentas por mi demostración de falta de vergüenza, mientras que Toni y Raquel retomaron su conversación.
-Gracias, en cuanto tenga motivos, sereís a las primeras a las que les firme un autógrafo.-En ese momento tuve que callar, el ruido de un tremendo sopapo había sonado no muy lejos de mi posición. Giré la cara intentando buscar el problema y miré como Toni tenía las manos en su mejilla y Raquel molesta se había levantado del taburete. Mierda, la ha vuelto a cagar.
-¡Vámonos chicas!-Raquel parecía bastante molesta y un poco borracha. A saber que habría hecho Toni para joderla, la tenía en el bote. Las otras dos chicas se despidieron de mi y se fueron pasando de Toni como si fuese un apestado.
-Tio, ¿qué mierda has hecho? ¡La tenías! ¡Joder si la tenías!
-La bebida se me fue de las manos, ahora solo quiero otra copa.

Toni me contó que le había dicho algo que le molestara o que se le había escapado la mano y le había molestado, ni él estaba seguro y la bebida empezó a hacerle efecto. Seguimos en el bar charlando durante horas, Toni parecía cada vez más deprimido y estaba cada vez más borracho. Yo seguí con mis combinados de frutas y él entre trago y trago gimoteaba sobre lo dura que es la vida y lo jodidas que son las mujeres. Yo armado de paciencia intentaba animarlo, estaba demasiado borracho no iba a conseguir nada. En cierto punto de la noche el camarero le vió tan borracho que me comentó que no le pondría ni una sola copa más. Toni se molestó bastante, pero le dije que la noche ya no daba para más, le ayudé a levantarse y mientras se apoyaba en mi lo subí al cuarto donde se quitó la ropa, se puso una camiseta y una muda de ropa interior y se metió en su cama. Mientras mi compañero aun continuaba criticando el género femenino me puse la típica ropa vieja que me pongo para dormir, una camiseta de cuando era más joven y ropa interior cómoda, con pitrina por delante para las urgencias nocturnas, me cepillé los dientes y me metí en cama y Toni ya estaba medio dormido. Llamaron a la puerta, decidí no abrir y me mantuve en silencio. Volvieron a llamar y encendí una pequeña luz mientras me levantaba y me iba a la puerta preocupado por si era algo urgente. Empezaron a llamar y abrí. Allí estaban Patri y Laura, un poco más borrachas que cuando estaban en el bar pero poco más había cambiado en ellas.


-¿Estabas dormido?-Empezó Patri.
-No
-Lo pareces.
-¿Podemos pasar?-Miré dentro del cuarto y ahí estaba Toni, medio dormido y con una borrachera tremenda. ¿Qué podía hacer? Meterlas dentro está claro que no, piensa, piensa, ¡piensa!
-¿Podemos ir mejor a vuestro cuarto? Aquí tengo un pequeño problema.
-Nuestra amiga no creo que tenga ganas ni de verte a ti después de lo ocurrido.-Patri fue la que me dió la mala noticia. Estaba contra la espada y la pared, ¿qué podía hacer? Las vitaminas de mi combinado me había ayudado a cantar, ¿dónde estaban ahora?
-¿Qué os parece que nos quedemos en el pasillo?-Su cara tenía pinta de que la respuesta iba a ser no, antes de que eso sucediera dije.-Bueno, siempre nos podemos ver mañana.
-Lo siento, nos vamos mañana, hoy es nuestra última noche aquí, por eso le preguntamos a Raquel cual era vuestro cuarto.-Patri parecía haber llevado la iniciativa en este plan. Y me alegró, la chica tenía unas piernas preciosas y un desparpajo interesante.-Estabas muy gracioso cantando, pero ahora estás muy mono. No te molestamos más, descansa.

Ambas me dieron un beso de despedida y se fueron. Yo me metí en mi cuarto, la bebida lo había jodido todo. Primero con Toni y ahora con estas chicas. Me dormí. A la mañana siguiente me desperté y pude escuchar como Toni vomitaba en el baño, le dije si necesitaba algo pero apenas podía decir nada. Que forma tan estúpida de echar a perder el chuletón de ayer. Miré en la entrada y parecía haber una especie de papel que habían metido por debajo de la puerta. Lo cojí y era una despedida de las chicas. Guardé la nota en mi maleta y empecé a cojer la ropa para ducharme, "ya nos cantaremos de nuevo" pensé. Me metí en la ducha con el ruido de mi compañero vomitando de fondo.

martes, 11 de octubre de 2011

Lo que nunca nos dijimos

       Lo siento, he perdido la batalla. Ahora mismo no entenderás nada, no entenderás el motivo de esta carta y tampoco el dinero que la acompaña. Me voy. Esta será la única despedida que te puede dar un cobarde como yo. Tranquila Sara, seguirás sin entender nada y un poco más alterada, pero todo tiene su explicación. Ahora mismo te veo en nuestra cama, con los primeros rayos de Sol golpeándote la mejilla y me dan ganas de quedarme, de un último beso; los perdedores no merecemos un último beso.

       Estoy sentado, mirándote tomando una cerveza que compré a escondidas. La última y la primera en casi dos años después de prometerte que solo tú serías mi único vicio. Me viene a la mente la noche que te conocí, estabas con unos amigos en común a los que intentaba impresionar con alguno de mis relatos o intentos de guiones y podía notar como tus dos ojos verdes no dejaban de mirarme con fascinación; aquella sonrisa pícara tuya y tu cabello, recuerdo como deseé acariciarlo. No entiendo como una chica perfecta como tú, de buena familia y mejor porvenir se pudo interesar en un fracasado como yo, a día de hoy no puedo parar de sorprenderme y agradecer que llegaras a mi vida y te quisieras quedar. Eres un ángel.

       Ahora mismo apenas encuentro las palabras con las que quiero describir todas las emociones que tengo dentro. La vergüenza de dejarte con tan poco; de haber sido tan poca cosa, una carga. No haber sido mejor hijo y haber podido tratar como se merecía a esa gran referencia de valores y cariño que ha sido mi madre. Me gustaría que estuvieras a su lado en estos momentos, ella te quiere y necesitará a alguien a su lado para superar otro quebradero de cabeza que le ha dado su primogénito. Las dos mujeres de mi vida, tan duro es desprenderme de vosotras...

       Siento que dejo tras de mi muchas cosas sin hacer, aquel viaje que te prometí, hacer que tus padres no cuestionaran nuestra relación, tantas promesas, tantos amigos, convertir a mi madre en abuela; pero todo esto me supera, el mundo me supera. Dejo tras de mi una larga lista de despedidas sin completar, un gran amor, otra gran mujer y la idea de que este mundo es para los valientes y los locos: no he podido ser ni lo uno ni lo otro.

Me despido como el hombre que te ha amado y que la vida le ha quedado grande y ahora se enfrenta ante la incertidumbre de la muerte. Te quiero.