Era el momento del cambio
y me volvieron a paralizar
todos esos pensamientos
que me hacen dudar de la realidad.
Quise echar a andar
y acabé tirado en el barro
cuando el interior de mi cabeza
convirtió en mi enemigo a mi reflejo.
Ahora estoy en cama
sin saber que vendrá
no elijo camino
no elijo destino
solo soy un cuerpo que no quiero habitar.
Disfruto mi propia pesadilla
ver a todos los que quise
diciendo entre risas
que me debería matar.
Son las cuatro de la mañana
y mis miedos saben que es el momento,
no alcanzo a pulsar el botón de ayuda
y exploto reteniendo todo lo que siento.
Me retuerzo en la cama
ahogado en mis propios fluidos
sudo, lloro y sangro
y solo puedo pensar que me lo tengo merecido.
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